El domingo fue un día relevante para la historia de España; no fueron sus colonias de ultramar quienes se rebelaron contra el viejo imperio español, sino los pueblos conquistados que yacen dentro de sus fronteras y reclaman su independencia. En 1976, en África, el último de los territorios españoles logró su independencia del reino español, naciendo la República Árabe Saharaui Democrática, en un parto doloroso que aún parece estar en proceso sin que haya alcanzado plenamente su libertad e independencia.
Todos los territorios que fueron colonizados por el imperio español debieron recurrir a las armas y años de lucha heroica para lograr su independencia. Ahora, en la era de la globalización de este proceso de internacionalización de las economías nacionales, el cual hizo posible descubrir nuevos continentes y pueblos, le toca el turno al pueblo catalán. Asentado desde hace siglos en un diminuto territorio dentro de las fronteras de España, reclamó su independencia, como antes lo han hecho los vascos.
El gobierno español ha hecho lo que nunca olvidó hacer para impedir la independencia de sus colonias: usar la fuerza e intimidar a los independentistas. Los esfuerzos del gobierno español para frenar un referéndum que ha declarado ilegal se han multiplicado sin fortuna y ayer se realizaron las votaciones con el sí resultante y los conflictos que han dado la vuelta al mundo.
Lograr la independencia por la vía pacífica no parece aún ser parte de la historia de este siglo. Catalanes y kurdos han optado por esa vía para lograr su independencia y formar su Estado nación, pero son muchos los enemigos que deberán vencer para lograrlo y aunque la guerra es algo que nadie quiere ver, su sombra se cierne sobre los territorios de esos dos pueblos.
El jefe de gobierno español, Mariano Rajoy, ha insistido en recordar a los catalanes que la constitución de su país no prevé un derecho a la secesión, pero mientras insiste en ello subestima la capacidad de organización del pueblo catalán y sus deseos de libertad; por lo que al final la confrontación entre el gobierno de la monarquía y el de Cataluña será inevitable y dejará huellas.
Ha triunfado el “sí” a la independencia, y probablemente veremos una España más débil y los vascos podrían tomar el mismo camino, el que dejaron al abandonar la lucha armada para lograr su independencia.
Por: José Luis Ortiz Santillán
Economista, amante de la música, la poesía y los animales. Realizó estudios de economía en la Universidad Católica de Lovaina, la Universidad Libre de Bruselas y la Universidad de Oriente de Santiago de Cuba. Se ha especializado en temas de planificación, economía internacional e integración. Desde sus estudios de licenciatura ha estado ligado a la docencia como alumno ayudante, catedrático e investigador. Participó en la revolución popular sandinista en Nicaragua, donde trabajó en el ministerio de comunicaciones y de planificación. A su regreso a México en 1995, fue asesor del Secretario de Finanzas del gobernador de Hidalgo, Jesús Murillo Karam, y en 1998, fundador del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.
