Davos, el brillo de China bajo la sombra de Trump

Desde este martes y hasta el viernes, se llevará a cabo el Foro Mundial de Davos 2017, en que los líderes mundiales, empresarios, intelectuales y representantes de organizaciones no gubernamentales discutirán sobre el futuro del planeta.

Aquella ciudad, situada en los Alpes suizos, como cada año desde 1971 acoge el Foro Económico Mundial (WEF), sin que hasta ahora sus conclusiones hayan servido para hacer de la Tierra un mundo mejor para todos.

Aunque el presidente electo de Estados Unidos no se encuentra en Davos físicamente, su sombra está en todas partes. Donald Trump está en todos los temas inyectando incertidumbre a todos los líderes mundiales que desde hace años se habían acostumbrado a que el presidente de Estados Unidos les marcara el camino a seguir o les diera la palmada en la espalda para indicarles que iban por el camino correcto.

En medio de la crisis económica internacional iniciada en 2008, ni las Cumbres del Grupo de los 20 (G20) ni los Foros de Davos han podido encontrar el camino para salir de ella. Ahora, la llegada de Trump y su cuestionamiento a todo lo que se venía haciendo en los temas de política económica, comercio, migración y seguridad, parece desintegrar el rompecabezas del mundo. Trump está dispuesto a impulsar un nuevo orden económico, luego que en ocho años nadie se atreviera a mover los cimientos de un sistema económico basado en el libre comercio, la especulación financiera y la corrupción, el cual parece atascado.

Es como si los líderes mundiales hubieran estado perdidos en una mina en ese tiempo, y a falta de mejores ideas para superar la crisis y encontrar la salida, Trump hubiera decidido marchar por otro túnel distinto al elegido por sus colegas; y aunque como en las primarias y las elecciones presidenciales se le criticó, lo cierto es que está rompiendo un esquema que podría permitir dar un salto en el desarrollo del capitalismo y superar la crisis, pues el libre comercio, lejos de impulsar el desarrollo de los países, ha fomentado la desigualdad, la concentración de la riqueza y multiplicado la pobreza, tal como lo señala en sus informes anuales presentados en el Foro de Davos la Organización no gubernamental OXFAN. Por lo que tendrán que explorarse otras salidas.

Lo cierto es que el rechazo de Donald Trump al libre comercio y los tratados comerciales para crear zonas de libre comercio en el mundo, así como la salida del Reino Unido de la Unión Europea, han dejado huérfanos a los líderes de los países ricos y otorgado a China un enorme espacio para convertirse en el defensor del libre comercio.

Por primera vez en el Foro de Davos, el gobierno de China llegó con una gran delegación, según las agencias, conducida por su presidente, Xi Jinping; mientras que Estados Unidos ha estado representado por el vicepresidente estadounidense, Joe Biden, ya sin poder y sin relevancia, promoviendo la lucha contra el cáncer. Sin grandes personalidades, lo relevante en la representación de América Latina es la presencia del presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, quien laureado con el Premio Nobel de la Paz buscará inversiones para impulsar la pacificación de su país y la reincorporación de miles de colombianos a la vida civil, después de años de guerra civil.

Pero el frío de este Davos 2017 no sólo se vive a ese nivel; los medios han comentado la ausencia del presidente Enrique Peña Nieto, que bien pudo volver a ir para explicar los avances de sus reformas y el apoyo popular a la energética, para invitar a los inversionistas a traer sus capitales e un país seguro, sin protestas populares, sin asesinatos en los destinos turísticos, sin desaparecidos, sin secuestros, a un país en paz, sin desempleados ni economía informal, donde los ciudadanos pueden vivir con 300 pesos, como ha afirmado su secretario de Hacienda; en fin, para invitarlos al país de las maravillas, de sus sueños.

Pero lo trascendental es que el presidente Xi Jinping atrapó la simpatía de las élites en Davos; con un discurso excepcional sobre asuntos globales, Jinping habló de la globalización, del proteccionismo comercial, del cambio climático, del desarrollo y de la economía china, con lo cual pudo movilizar las simpatías del hambre de los negocios y políticos presentes en el Foro.

Al referirse a la globalización, Jinping dijo que vivimos en un mundo de contradicciones y debemos encontrar un equilibrio entre la eficiencia y equidad, para garantizar que distintos países, estratos sociales y grupos puedan compartir los beneficios de la globalización económica; pues las personas de “todos los países no espera menos de nosotros y ésta es nuestra responsabilidad insoslayable como líderes de nuestra época”, precisó.

Jinping asumió el papel de defensor de la globalización y la apertura de fronteras, no sin alusiones a las posturas de la nueva administración Trump en Estados Unidos, y señaló que “la economía global es un vasto océano; cualquier deseo de ocultar y canalizar el agua del océano en lagunas aisladas sería imposible… Hemos aprendido a nadar en el océano extenso de los mercados globales y resultó ser la opción estratégica correcta”.

Además, indicó que culpan a la globalización de todos los males, pero que la crisis de los refugiados no es otra cosa que el resultado de conflictos locales; la crisis financiera se debe al fracaso de la regulación de los mercados; afirmando que la globalización económica no es la causa de los problemas del mundo, pues ella promovió el crecimiento global al facilitar la circulación de mercancías y capitales, la ciencia y la tecnología, aunque reconoció que ha creado desequilibrios.

Refiriéndose al proteccionismo, el presidente Xi Jinping señaló que es como encerrarse en una habitación oscura y aunque el viento y la lluvia podrían mantenerse, la habitación oscura también impedirá el paso de la luz y del aire, por lo que nadie resultará ganador de una guerra comercial, según el presidente.

De igual forma defendió los Acuerdos de París, cuestionados por Trump, señalando que es un logro conseguido con muchas dificultades que está de conformidad con la tendencia subyacente del desarrollo global. Todos los firmantes deben adherirse a él en lugar de alejarse porque es una responsabilidad que debemos asumir en pro de las futuras generaciones.

Precisó que es importante proteger el medio ambiente cuando buscamos el progreso económico y social, con el fin de alcanzar la armonía entre el hombre y la naturaleza.

Pero además, Xi Jinping, dijo: “No sentimos celos del éxito de otros y no protestaremos porque otros se hayan beneficiado enormemente de las grandes oportunidades que representa el desarrollo de China. Abriremos nuestros brazos a la gente de otros países y les daremos la bienvenida a bordo del tren expreso del desarrollo de China”.

De ese modo, Jinping se convirtió en el campeón del libre comercio y defensor de la globalización en Davos, bajo la ausencia de líderes europeos o de Estados Unidos que defendieran esos temas que hoy cuestiona Trump.

Avatar photo

Por: José Luis Ortiz Santillán

Economista, amante de la música, la poesía y los animales. Realizó estudios de economía en la Universidad Católica de Lovaina, la Universidad Libre de Bruselas y la Universidad de Oriente de Santiago de Cuba. Se ha especializado en temas de planificación, economía internacional e integración. Desde sus estudios de licenciatura ha estado ligado a la docencia como alumno ayudante, catedrático e investigador. Participó en la revolución popular sandinista en Nicaragua, donde trabajó en el ministerio de comunicaciones y de planificación. A su regreso a México en 1995, fue asesor del Secretario de Finanzas del gobernador de Hidalgo, Jesús Murillo Karam, y en 1998, fundador del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.


ARCHIVADO EN:




Avatar photo

CONTEXTO ECONÓMICO GLOBAL - José Luis Ortiz Santillán

Economista, amante de la música, la poesía y los animales. Realizó estudios de economía en la Universidad Católica de Lovaina, la Universidad Libre de Bruselas y la Universidad de Oriente de Santiago de Cuba. Se ha especializado en temas de planificación, economía internacional e integración. Desde sus estudios de licenciatura ha estado ligado a la docencia como alumno ayudante, catedrático e investigador. Participó en la revolución popular sandinista en Nicaragua, donde trabajó en el ministerio de comunicaciones y de planificación. A su regreso a México en 1995, fue asesor del Secretario de Finanzas del gobernador de Hidalgo, Jesús Murillo Karam, y en 1998, fundador del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.