Donald Trump, oficialmente presidente electo

El 8 de noviembre el candidato a la presidencia de Estados Unidos por el Partido Republicano, Donald Trump, fue proclamado ganador de las elecciones presidenciales.  Sin embargo, su triunfo ha sido oficializado hasta este 19 de diciembre, cuando los 538 miembros del Colegio Electoral se reunieron en las capitales estatales a lo largo de Estados Unidos para formalizar sus votos y confirmar al nuevo presidente de ese país.

Pese a que se multiplicaron las iniciativas para tratar de cambiar el resultado de la votación de los grandes electores celebrada el lunes, nada pudo cambiarlo su decisión final. En un sistema electoral que ha sido criticado, incluso por Trump, quien en su campaña dijo que era un desastre para la democracia y si perdía no reconocería los resultados, después de 229 años de existencia nunca ha sido reformado y quizá ahora sea el momento de hacerlo, a fin de darle a los electores el poder de elegir directamente a sus gobernantes y poner fin al sistema de elección indirecta.

Muchos estadounidenses esperaron hasta el último minuto ver reflejadas sus esperanzas en un cambio de opinión de los grandes lectores, para evitar que Donald Trump asumiera la presidencia.

Donald Trump, quien fue elegido por votación indirecta el 8 de noviembre, al obtener el 46.2% de los votos contra el 48.2% para Hillary Clinton, esperaba el resultado de la decisión final del colegio electoral, que cambia la distribución de los votos entre los Estados y ha permitido que Donald Trump cuente con el apoyo de 306 votos electorales, contra 232 para la candidata demócrata.

Ello, gracias a la incoherencia de un viejo sistema electoral que ya no recoge las aspiraciones de los ciudadanos de Estados Unidos, sobre todo de los más jóvenes que aspiran a una democracia directa y mucho más transparente, donde no sean las grandes corporaciones las que decidan por ellos, poniendo fin al desequilibrio de poderes entre estados desigualmente poblados.

Se trata de un viejo sistema electoral ideado a finales del siglo XVIII, donde el colegio electoral estaba destinado a equilibrar el poder entre los Estados con mayor y menor población; pero pese a las críticas y sus limitaciones actuales, nunca ha podido ser reformada, debido a la oposición de los dos grandes partidos: el Republicano y el Demócrata.

El 8 de noviembre pasado, en un artículo señalábamos: “No se trata de elecciones que se realicen de manera directa como en México u otros países latinoamericanos o de Europa, en realidad estamos frente a un sistema de elección indirecta donde cada Estado tiene sus particularidades, entre ellas la posibilidad de votar por adelantado y de cambiar su voto en el último momento, por ejemplo. Por lo que, si las elecciones fueran por la vías del voto directo, los más de 27.3 millones de electores latinos podrían inclinar la balanza y este martes por la noche se sabría quien ha ganado la elección presidencial”.

Más adelante precisaba que “este martes (8 de noviembre) hemos acudido a una especie de elecciones primarias con los candidatos a la presidencia, Hillary Clinton y Donald Trump, pero donde quienes decidirán al ganador serán los Colegios Electorales. De este modo, en el país que se jacta de ser el más democrático y es capaz de cuestionar las elecciones en los países que son de su afecto, el presidente y vicepresidente son elegidos por el voto de 538 ciudadanos, representantes de estos Colegios Electorales (100 senadores, 435 congresistas y 3 delegados de Washington D.C.)”.

En realidad es el Colegio Electoral quien designa al nuevo presidente de Estados Unidos y ese Colegio está compuesto por los 538 votos electorales de los 50 Estados de la Unión, cuyos representantes fueron nominados en el verano pasado por los partidos republicano y demócrata. Cada Estado designará un número de electores, igual a sus representantes y senadores en el Congreso, quienes al final decidirán el destino de Estados Unidos, al margen de la voluntad de la mayoría de los ciudadanos.

Este lunes, pese a los deseos de millones de jóvenes, no hubo cambios, Donald Trump con sus 46.2% de los votos y el apoyo de 306 votos electorales, y a pesar de los 2.8 millones de votos con los que fue aventajado por Hillary Clinton, será el presidente de los estadounidenses. Ni las presiones, ni las manifestaciones y protestas callejeras, ni el dinero, han podido cambiar el rumbo de la historia en Estados Unidos; sin embargo, quizá este sea el mejor momento para que desde las calles los ciudadanos obliguen a los partidos a cambiar el sistema electoral.

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Por: José Luis Ortiz Santillán

Economista, amante de la música, la poesía y los animales. Realizó estudios de economía en la Universidad Católica de Lovaina, la Universidad Libre de Bruselas y la Universidad de Oriente de Santiago de Cuba. Se ha especializado en temas de planificación, economía internacional e integración. Desde sus estudios de licenciatura ha estado ligado a la docencia como alumno ayudante, catedrático e investigador. Participó en la revolución popular sandinista en Nicaragua, donde trabajó en el ministerio de comunicaciones y de planificación. A su regreso a México en 1995, fue asesor del Secretario de Finanzas del gobernador de Hidalgo, Jesús Murillo Karam, y en 1998, fundador del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.


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CONTEXTO ECONÓMICO GLOBAL - José Luis Ortiz Santillán

Economista, amante de la música, la poesía y los animales. Realizó estudios de economía en la Universidad Católica de Lovaina, la Universidad Libre de Bruselas y la Universidad de Oriente de Santiago de Cuba. Se ha especializado en temas de planificación, economía internacional e integración. Desde sus estudios de licenciatura ha estado ligado a la docencia como alumno ayudante, catedrático e investigador. Participó en la revolución popular sandinista en Nicaragua, donde trabajó en el ministerio de comunicaciones y de planificación. A su regreso a México en 1995, fue asesor del Secretario de Finanzas del gobernador de Hidalgo, Jesús Murillo Karam, y en 1998, fundador del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.