Golpe contra la esperanza

El anuncio que hizo el presidente Andrés Manuel López Obrador en Guerrero, de que llegarán menos vacunas de Pfizer porque aceptó que mejor se les entreguen a países pobres ha provocado distintas reacciones, todas en contra y, de hecho, ninguna que la apruebe porque es un golpe brutal contra la esperanza de millones de mexicanos y una puerta que se abre para que crezcan los contagios y la pérdida de vidas humanas.

Las reacciones señalan que México es un país pobre y que la obligación de la autoridad es velar por quienes gobierna, sobre todo, en los valores fundamentales como la salud y la vida y que esta decisión no camina por ese lado.

Es una noticia que siembra desesperanza, tristeza y otros sentimientos en millones de familias que le apostaban a la vacuna como una solución a este infierno de la pandemia.

Los efectos pueden ser tremendos en el crecimiento de la pandemia que nos tiene acorralados en este momento y es, por consecuencia, un golpe demoledor a la economía.

Es cierto que la caridad es una virtud, pero que en el sentido bíblico debe empezar por la casa propia, con los que se tiene obligación directa.

No fue así y la desesperanza y otros sentimientos crecen como avalancha en el país y en millones de familias mexicanas.

Difícil saber lo que viene.

Cuando no hay esperanza, cuidado.


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