Incontenibles están las noticias y destapes en Hollywood sobre las tropelías sexuales de una industria cinematográfica podrida, un cáncer que corroe al cine mundial porque lo que produce es mierda enlatada, la mayor parte de los casos y, esconde condiciones de neoesclavismo, trata de blancas, prostitución y abusos sexuales, asunto que ya sabíamos, pero que ahora se ha magnificado.
Desde el destape de la cloaca de Harvey Weinstein, acusado por actrices, otros tantas se han sumado para hacer acusaciones con respecto a productores y directores, cuestión que ya no podrá ser frenada y que pondrá en el escándalo total a la meca del cine.
En términos de la neta, el escándalo del abuso sexual en Hollywood no asombra a nadie, pero, paralelamente, ha creado un efecto dominó en el modelaje y en el deporte, donde están apareciendo nombres de personas notables que se han visto bajo el imperio de abusos no sólo sexuales sino de presiones económicas, como extorsión y otro tipo de prácticas.
Por si fuera poco, lo ocurrido en Hollywood ha ocasionado que grupos de activistas en Estados Unidos se estén uniendo para demandar justicia; estos grupos no son sólo de equidad de género o protección a la mujer, como pudiera asumirse, sino también ecologistas, de derechos humanos y otras organizaciones, lo que presagia un polvorín para la industria cinematográfica y para las instituciones en aquel país.
Lo que estamos esperando es que este evento cale hondo para que en el mundo se creen legislaciones más justas, no sólo en torno al acoso sexual, sino también en torno a la discriminación, la xenofobia, el acoso político, el acoso laboral, y que se pondere con mayor fuerza a los derechos humanos, cuestiones en las cuales vivimos en el atraso más asqueroso y en una complacencia de las autoridades que realmente plasma.
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
