La concentración del poder político en México es brutal, al grado que hoy la clase política no cuenta con una oferta de personeros que puedan encausar las tareas del poder, evidencia inequívoca de que la carencia de capilaridad política no solo se percibe en los partidos políticos, sino también en las estructuras institucionales.
¿Por qué es precaria la capilaridad política en México? La respuesta no es lineal pero sí concisa: se trata de una estrategia de dominación vertical del poder que tuvo en la modernidad la tutela del maximato, política de dominio de Plutarco Elías Calles, que manejó tras bambalinas tanto a presidentes como al partido que fundó: el PNR, hoy PRI.
Esta estrategia de dominación fue reproducida en la estructura del PRI y se generalizó a los comportamientos de la clase política a nivel nacional, al grado que los partidos alternativos emularon esa forma de hacer política, lo cual se reproducía a través del manejo de la ingeniería constitucional en las cámaras y en la operación del gobierno.
Por ende, la concentración del poder político no solo impidió consolidar por décadas un régimen democrático, sino que la ausencia de democracia era producto de la verticalidad del poder que disfrazaba la reproducción de los intereses de las élites del poder y respondía a los intereses de capitales privados y públicos a nivel internacional que incidían en la clase política mexicana.
La precaria capilaridad política sigue presente en nuestros días, lo cual no solo ha incidido en la erosión del poder político, sino también en la fragilidad democrática del país; cuestión que hoy apunta a una sucesión presidencial poco competida y sin el arresto de estructuras políticas formales y reales que apoyen esa oferta: pocas caras pocas virtudes.
Sacudirse la verticalidad del poder solo es posible en una sociedad cuya politización abre los debates del ejercicio de gobierno, brinda contrapeso y dirección política, lo que redimensiona la realidad democrática del Estado.
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Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
