La pinta de Ana

Obra basada en el cuento “Un pacto con el Diablo” de Thierry Lenain.

 

La aventura de atreverse y ser valiente, la libertad del espíritu y las inesperadas implicaciones de la libertad. La responsabilidad individual comienza cuando Ana resuelve su crisis (la separación de sus padres) y, al haber sido ignorada por su madre acerca de con quién quería vivir, decide escribir el final de su historia. Su propia historia y no la imposición social, tanto moral como coercitivamente jurídico-familiar.

Ana despliega su ser en una tríada de emociones, razonamientos y la constante síntesis como la lucha entre éstos. El juego colectivo proyecta diferentes momentos, espacios y sentimientos, y la contradicción interna de los personajes hace avanzar la historia dialécticamente en una espiral que termina por explotar hacia el peso de su respectiva esencia. La voz del padre, la huella de dolor de Ana, aparece en su mente recurrentemente, detonando aún más su ansiedad de libertad y, contradictoriamente, el anhelo de que él regrese para salvarla.

La obra tiene mucho ritmo, i.e., fluye dramáticamente y todo momento es eslabón necesario del antes y el después que no nos pertenece. Representaciones enigmáticas como la transformación de la Rocola y el juego de Street Fighter. El escenario como visión de los propios actores y sus cuerpos transformándose en todo lo posible.

Ana conoce a David y su dualidad, compiten en un video juego y, luego que la señora de la tienda corre al muchacho por ser, supuestamente, malvado, se vuelven cómplices de la mentira, en ese momento argumento, diciendo que son hermanos.

La confianza, riesgo en sus primeros momentos, anima a Ana a ir a su casa; él es callado, infeliz y misterioso. Ya estando allí de pronto le da miedo ¿Puedes dejar la puerta abierta?, le pide y él, sin ningún problema, asiente. Se queda abierta, pero también, la ventana de su debilidad. Ana atestigua su dosis de heroína y se asusta, sus tres personalidades expresan las mezclas de sentimiento y racionalidad y, luego que el viaje ha cesado, le pregunta por qué lo hace.

—Los moretones físicos no son nada —le contesta— comparados con los del corazón, hermanita.

Ella siente empatía y, no se va, se queda con él porque también tiene amoratado el corazón. Entonces somos testigos de su cotidianeidad, su autenticidad, donde el corazón y el espíritu se encuentran, y bailan “el baile más feo que haya habido”. Son felices y van a pasear al lago, luego de que tres Ana’s lo invaden de peticiones que salen del alma; él no quiere, pero su inconsciente lo anima.

Ella nada desnuda y se divierte mientras él dormita con los pies en el agua, empero, de pronto Ana siente vergüenza, la conciencia intencional de la moral y los residuos de su dependencia. Mientras tanto David es presa de su propio ser: ¿la dosis actual o las implicaciones de su adicción total? Un sensacional juego de espejos, donde ambos muestran los diversos movimientos de su ser, su espíritu encontrado y su alma fusionada en un solo cuerpo. David se pone como loco y Ana implora la llegada de su padre para que la salve.

—¿Sabes lo que es un pacto con el diablo? —pregunta David, ella no sabe qué contestar y él continúa—. Yo hice un pacto con el diablo, pero ya no recuerdo qué le pedí.

 

Una gran obra que muestra el dilema de la moral en cuanto a la libertad y la responsabilidad en un sentido trascendental. El encuentro de dos seres perdidos, uno en busca de la permanencia y el otro en el constante cambio, pero ambos se complementan encontrando en la interacción de sus almas su verdadero ser y devenir.

Aplausos al trabajo actoral, sensible y mágico, de Estephany Hernández, Melisa Olivares y Diana Nava (como Ana); al intenso y profundo trabajo de Sebastián Lavaniegos y Cristian Flores Verdad (como David). A la dirección y coreografía, dinámica y divertidamente original, de Luis Arturo Rodríguez; Traspunte de iluminación y Audio de Mariana T. Cantú. El Diseño de Utilería y Vestuario corre a cargo de Melisa Olivares, el Diseño de Iluminación y Sonido por parte de Sebastián Lavaniegos. Asesoría Escénica de Mariana Granados y Alan Uribe Villaruel. Máscara (Maske) y Fotografía es de Alejandra Chávez y el Diseño Gráfico de Marco Carrera. Vayan a verla y, además de pasar una buena experiencia escénica, reflexionen sobre uno de los muchos extremos del ser jugando en la conciencia.

 

La Pinta de Ana

Se presenta todos los sábados y domingos a las 12:00 y 13:30 (Función doble) hasta el 30 de septiembre en La Teatrería: Tabasco #152 Colonia Roma, Tel: 63896695.

Por: Serner Mexica

Filósofo por la UAM, estudió la Maestría en la UNAM y el Doctorado en la Universidad de La Habana. Fue Becario de Investigación en El Colegio de México y de Guionismo en IMCINE. En 2007 obtuvo el Premio Nacional de Dramaturgia EMILIO CARBALLIDO por su obra "Apóstol de la democracia" y en el 2011 el Premio Internacional LATIN HERITAGE FOUNDATION por su tesis doctoral "Terapia wittgensteiniana".






EL INDIO FILÓSOFO - Serner Mexica

Filósofo por la UAM, estudió la Maestría en la UNAM y el Doctorado en la Universidad de La Habana. Fue Becario de Investigación en El Colegio de México y de Guionismo en IMCINE. En 2007 obtuvo el Premio Nacional de Dramaturgia EMILIO CARBALLIDO por su obra "Apóstol de la democracia" y en el 2011 el Premio Internacional LATIN HERITAGE FOUNDATION por su tesis doctoral "Terapia wittgensteiniana".