En los cruces de las estrategias de seguridad pública, mis únicos y queridos lectores, el alcalde de Pachuca, Jorge Reyes, ha expuesto los avances de la política pública de seguridad y ha establecido logros significativos en la búsqueda del equilibrio, armonía y paz social.
Las acciones del alcalde Jorge Reyes están insertas en las lecturas del Índice de Paz México, y perfilan las estrategias de una política de seguridad integral que se adhiere a la conciliación comunitaria, donde la prevención y profesionalización de los cuerpos de seguridad ha incidido en mayores logros sobre problemas como la violencia doméstica y el combate a la delincuencia.
Es importante destacar que una de las reflexiones que han dejado los números en materia de seguridad en Hidalgo del Índice de Paz México, ha sido que se ha incrementado el narcomenudeo y la extorsión en Hidalgo, condiciones que pueden ir en crescendo y que no pueden ni deben ser pasadas por alto por las autoridades. En estos días, el gobierno de Julio Menchaca ha destacado que el combate al huachicol, del cual se ramifican otros ilícitos, ha ido teniendo logros significativos. Lo cual, impone entender que la investigación policial es un elemento imprescindible para garantizar la seguridad pública.
El escenario crítico estriba en que la administración del alcalde Jorge Reyes ha tenido que afrontar los problemas de seguridad pública que se dejaron crecer en pasadas administraciones, donde el combate a la delincuencia era un “hallazgo” como lo sucedido en la gestión de Sergio Baños, cuestión que permitió la proliferación del narcomenudeo, el trasiego de piratería de mercado, así como los asaltos y robos, y la violencia intrafamiliar. En esos años mozos, el déficit de seguridad pública dejó una pesada carga a la administración de Reyes Hernández.
Pese a que las cifras nacionales ubican a Hidalgo como uno de los estados con menor índice delictivo, el Índice de Paz México presenta una realidad una tendencia negativa en el último año, ubicándolo en las condiciones primarias de alerta, lo que implica resignificar las estrategias en materia de seguridad pública.
A nivel nacional, el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum ha dado un salto cualitativo en el combate a la delincuencia y existe una clara estrategia de seguridad pública. Empero, el gobierno morenista está enfrentándose a un enemigo mayúsculo que ha sentido la fuerza del aparato de Estado y se ha infiltrado en las estructuras del gobierno de Sheinbaum Pardo, condición que devela que el laberinto y oscuridad que aqueja a la seguridad pública habrá de crear una batalla más cruenta de la que hemos vivido en la medida que los logros del gobierno se incrementen.
Es evidente el viraje de 180º que dio el gobierno de Sheinbaum Pardo en materia de seguridad pública al de su predecesor, el tlatoani López Obrador. AMLO trató de sobrellevar un asunto que estaba podrido desde las raíces del Estado y, en ello, llevó el pecado y la penitencia que no subsanó ni los problemas que había desatado Felipe Calderón, ni los contubernios con la delincuencia organizada con Enrique Peña Nieto.
En este trazo de ingeniería en materia de seguridad pública, la alcaldía metropolitana de Pachuca presenta un serio reto para mandar un mensaje de acción contundente contra la delincuencia y evitar que los efectos de expansión del crimen puedan golpear a la ciudadanía.
Es loable que el alcalde Jorge Reyes se encuentre afrontando un problema que no debe crecer y que no quede como “hallazgo”, lo cual identifica un compromiso público que le ha ganado adhesión ciudadana y aprobación social.
¡No te duermas compadre!

Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.