A un mes de haber sido premiada en el Festival de Cannes, se estrenó en 400 pantallas nacionales el quinto largometraje de Michel Franco, “Las hijas de Abril”.
Al igual que en sus filmes anteriores, el director busca temas sensacionalistas como el incesto (Daniel y Ana), el bullying (Después de Lucía) o la eutanasia (El último paciente).
De acuerdo al guión del propio realizador, las hijas del título son Clara (Joanna Larequi) y Valeria (Ana Valeria Becerril), ésta última una adolescente de 17 años que ha quedado embarazada de su novio, también adolescente, Mateo (Enrique Arrizon). Su ausente madre, Abril (Emma Suárez, la espléndida Julieta de Almodóvar), aparece para ayudar “todo el tiempo que sea necesario”, pero se trata de una madre castrante que se ha divorciado e impone su voluntad a sus indefensas hijas. Tras fracasar en su intento de que su ex esposo las ayude económicamente, decide que Valeria no está preparada para ser madre y da a la niña en adopción, aunque sus verdaderos maquiavélicos planes son otros.
El falso alegato feminista del director se sostiene gracias a la espléndida actuación de la intérprete de “La ardilla roja”, que lleva todo el peso del filme.
Las hijas de Abril es un filme pretencioso y sensacionalista, pese a los premios obtenidos, y que solamente se puede ver para admirar el trabajo de la talentosa Emma Suárez.
Por: Jorge Carrasco V.
Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Periodista activo desde 1981 en diversos medios. Especialista en temas internacionales, deportes y espectáculos. Autor de biografías sobre Pedro Infante y Joaquín Pardavé de Editorial Tomo.
