Cuando el señor Benavides vendió a los Pericosal inicio de la temporada pasada y dejó a la franquicia casi en ruinas, nadie habría pensado que el equipo comandado por Enrique el Che Reyes pelearía la clasificación hasta el último día de la campaña, con un récord de 56 triunfos por60 derrotas.
Y es que los poblanos se reforzaron con cañoneros del calibre de Danny Ortiz, ganador del derby de jonrones y candidato al jugador más valioso de la temporada. El boricua bateó .312, con 44 cuadrangulares y 114 carreras producidas, bien apoyado por Nick Torres, que bateó .315, con 24 palos de vuelta entera y 86empujadas. Ellos ayudaron a peloteros que habían estado con el equipo, como Antonio Lamas, que tuvo el mejor porcentaje, con .333., 13 cuadrangulares y 69 producidas; Issmael Salas, .306, 14 y 49, y Alberto Carreón, .291, 6 y 58.
El verdadero problema, como en el resto de la liga, fue el pitcheo. Su mejor pitcher en carreras limpias fue el zurdo Mauricio Lara, con 4.86,pero solo 5 victorias por 10 reveses, y el venezolano Gustavo Moscoso, con 3, 8 y un alto 6.38 en carreras limpias. En un intento desesperado por calificar, nombraron al final de la campaña a Sergio el Chispa Gastelum, quien repetirá como mánager en este 2020.
Para este año se reforzaron con la llegada del norteamericano Drew Alan Stankiewicz, un infielder ambidiestro, además del dominicano Wilin Rosario, el boricua José Sermo y el pocho Eric Aguilera. Además, regresa el receptor César Tapia, quien ya obtuvo con ellos un champion bat hace varios años.
Sin embargo, el pitcheo es el que siembra dudas y tendrá que mejorar si quiere aspirar a la postemporada.
Por: Jorge Carrasco V.
Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Periodista activo desde 1981 en diversos medios. Especialista en temas internacionales, deportes y espectáculos. Autor de biografías sobre Pedro Infante y Joaquín Pardavé de Editorial Tomo.
