Decepcionante resultó la actuación de los Tomateros de Culiacán en la reciente Serie del Caribe, que fue ganada, con toda justicia, por las Águilas Cibaeñas de República Dominicana, de manera invicta.
La escuadra comandada por Benjamín Gil tenía la mesa servida, actuando como local en Mazatlán, luego de ganarles en siete juegos a los Naranjeros de Hermosillo, pero la magia que le permite permanecer invicta en los playoffs de la Liga de la Costa se pierde en los torneos internacionales, lo que le ha impedido al manejador alcanzar la grandeza de Paquín Estrada, de Benjamín Cananea Reyes o de Juan José Pacho, que fueron ganadores de Series del Caribe.
Culiacán terminó con tres triunfos y tres derrotas. Les ganó a Colombia y a Panamá en resultados normales, pero batalló contra Venezuela para poder calificar, casi de panzazo, 4-3. Sin embargo, fue derrotado por los dominicanos y por los puertorriqueños de Criollos de Caguas. Ambas escuadras lucían varios big leaguers que, a la postre, marcaron la diferencia.
En el equipo de estrellas solamente logró colarse Jesse Castillo como mejor bateador designado, y conviene hacer notar que se trataba de un refuerzo. El joven catcher Julián León, quien se convirtió en héroe contra Panamá, con un jonrón con casa llena, no recibió más oportunidades.
En suma, un fracaso deportivo; aunque, al parecer, resultó un éxito comercial, pues el público respondió multitudinariamente.
Por: Jorge Carrasco V.
Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Periodista activo desde 1981 en diversos medios. Especialista en temas internacionales, deportes y espectáculos. Autor de biografías sobre Pedro Infante y Joaquín Pardavé de Editorial Tomo.
