Después del zafarrancho morenista por la alcaldía de Mineral de la Reforma aparecen paulatinamente las contradicciones del abandono ciudadano en el que se encuentra el municipio y la alianza opositora al oficialismo encumbra a Guillermo Sanjuanero en el trazo de una contienda a la diputación del distrito XVII como una opción generacional que emerge provista de un discurso alterno, sin confrontaciones y dispuesto, de triunfar, al trabajo solidario con el gobierno estatal.
La opción política que establece Guillermo Sanjuanero debe ser revisada con detenimiento. La beligerancia de la alianza opositora -que abandera Sanjuanero Maldonado hacia la diputación local- en sus cúpulas se ha incrementado a medida que la contienda electoral avanza. Los desencuentros, lo mismo contra los gremios empresariales que en el recrudecimiento a las críticas de la actual administración de Julio Menchaca, son prueba fehaciente. Sanjuanero Maldonado va a contracorriente, en un rol de integración política constructiva, que está jugando, al menos en su retórica, para trazar un entendimiento político de trabajo legislativo, más allá del color partidista.
Era necesario -frente a la beligerancia de cúpula de la alianza opositora al oficialismo-, que emergiera un pronunciamiento de integración política debido a que no se puede construir gobiernos proclives al empoderamiento ciudadano cuando el desencuentro partidista se torna ciego e irreflexivo; en este trazo, ¿hasta dónde Guillermo Sanjuanero, de resultar triunfador, podrá maniobrar desde esta postura de integración política con la alianza que abandera y el poderío guinda?
La prospectiva política del poderío guinda en Hidalgo, que ha ido en crescendo, y que hoy se aproxima al carro completo, dejará pocos espacios políticos para la oposición, condición que apretuja las formas de pesos y contrapesos en el sistema político y, permite advertir, que la oposición debe presentar una postura seria y crítica frente a la conformación legislativa, lo cual no implica una conducta obstruccionista ni mucho menos destructiva que no permita concretar las realizaciones y requerimientos de la ciudadanía en un estado que históricamente ha presentado amplios contrastes y desigualdades.
En este trazo la disrupción generacional en los cuadros de la oposición -que se ha destacado por un control omnímodo o absoluto de los escaños a título de herencia política familiar- plantea en perfiles como los de Sanjuanero Maldonado una perspectiva “sutil” de cambio de lógicas políticas, las cuales debieron haberse planteado hace décadas para evitar el cisma del anquilosamiento ideológico y de interlocución social que ha generado no sólo la debacle de su poder, sino los estragos de los síntomas de su extinción política.
Es indiscutible que la alianza opositora, después del 2 de junio, habrá de desmembrarse. Se perciben los estragos de décadas de alejamiento social, nulidad de proyectos de reivindicación ciudadana y retóricas gatopardistas y demagógicas que causaron el viraje político de la alternancia en Hidalgo, cuestión que precipita, en estos momentos, que la oposición renueve sus lógicas de conducción y representación social, iniciando por el cambio generacional de sus cuadros como una condición de luz democrática.
Mineral de la Reforma es un municipio que debe posicionar nuevas propuestas políticas que permitan la reestructuración de oportunidades sociales, orientada a reducir a su mínima expresión las desigualdades sociales y asimetrías, que han sido la constante en la desatención de sus administraciones públicas y en el inmovilismo de sus representantes populares.
