Normalmente en esta temporada la cartelera comercial está acaparada por animaciones hollywoodenses o japonesas que tienen gran éxito debido a sus campañas publicitarias. Por eso llama la atención una cinta que no pertenece a esa categoría: Ozzy, rápido y peludo, coproducción hispano canadiense de Alberto Rodríguez y Nacho de la Casa.
La historia de Juan Ramón Ruiz de Somavía resulta bastante convencional: Ozzy (con la voz de Guillermo Romero) es un travieso perro que vive feliz con la familia de un caricaturista, pues es el consentido de su único hijo y es considerado parte de la familia. El caricaturista recibe un premio que le permitirá estar en Japón un mes con todos los gastos pagados para toda su prole, y como no tienen dónde dejar a Ozzy, lo llevan a un exclusivo hotel para perros; sin embargo, se trata en realidad de una prisión en la que conocerá a buenos amigos como Fronky (Dany Rivera), pero que tendrá que correr para el temible Vito (José Mota).
Como se ve, la historia no es muy original y se llena de todo tipo de estereotipos del cine carcelario. Tampoco ayuda mucho que se trate de la ópera prima del director canarino.
Ozzy resulta recomendable solamente para los pequeñines, pues no es tan rápido como Dominic Toretto, el personaje de Vin Diesel cuya fama trata de aprovechar.
Por: Jorge Carrasco V.
Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Periodista activo desde 1981 en diversos medios. Especialista en temas internacionales, deportes y espectáculos. Autor de biografías sobre Pedro Infante y Joaquín Pardavé de Editorial Tomo.
