Nuevos diputados, viejos vicios

Ayer, unos minutos antes de las 6 de la tarde, las fricciones entre grupos parlamentarios del Congreso del Estado de Hidalgo se intensificaron tras el rechazo de la nominación de la priista reelecta plurinominal, María Luisa Pérez Perusquía, como presidenta de la Junta de Gobierno de la LXIV Legislatura. Parece que el problema de Pérez Perusquía con la oposición es el mismo que en su partido: no representa al resto de la bancada.

Lo interesante es que los roces se acentuaron tras el cambio de estafeta de los diputados locales, dando pie a que unos minutos antes de iniciar la sesión en que tomarían protesta los actuales legisladores locales fue Simey Olvera, diputada federal de Actopan, la encargada de acercarse en pleno recinto a Juan José Luna Mejía, dirigente estatal del PANAL, para hacerle una propuesta del grupo legislativo del que ella procede.

Olvera, carente de toda formación o vocación política, hizo evidente su negociación pestañeando excesivamente cada que hacía una propuesta y mostrando mensajes en su celular para asegurar la confiabilidad en su palabra. A lo que Luna Mejía respondió haciendo una llamada por celular que inició con un “Francisco”, para dar el mensaje.

Colgó y esperó un buen número de minutos para finalmente darle el sí a la representante de Morena, quien en el tiempo transcurrido se quejó con sus interlocutores de ser blanco de críticas constantes de las cuales no explicaba el porqué, a lo cual sus compañeros respondieron haciéndole bromas pero ella seguía tensa, parece que la Paloma Mensajera de Damián Sosa aún no está curtida; sin embargo, logró su cometido, pues seguramente la propuesta fue muy interesante para los panalistas, ya que al largo receso de Morena se les unió Marcelino Carbajal Oliver, diputado reelecto vía plurinominal de PANAL.

DEMOCRACIA “A MODO”

Hoy por la mañana despertamos con la noticia de que el grupo parlamentario de Morena en Hidalgo busca llevar su caso al Senado para hacer una revisión política de la entidad con la finalidad de que exista un cambio en el Poder Ejecutivo.

Pese a lo mucho que se pueda decir en materia de opinión pública, la realidad es que la figura jurídica existe y los morenos tienen todas las herramientas legales para realizar su cometido, además de tomar en cuenta que son mayoría también en los poderes federales. El único “pero” es que para ello tendrán que jugar a politizar los preceptos jurídicos sin contar con un sustento firme pero que sí se podría “adecuar”, de ahí el siguiente dilema es que la carga de la decisión política caería en Enrique Peña Nieto y no en el mesías.

Ahora bien, si esto se trata de presión para demostrar que poseen cierto control al interior del Legislativo, lo han logrado con gran éxito, pues debido al amparo del logo Morena pueden llegar a la empatía ciudadana sin ser cuestionados por sus acciones, pues finalmente para una ciudadanía llena de hartazgo su actuar podría hasta estar justificado.

Pero quitar a un gobernador es cosa seria, además, el solo intento simboliza la declaración de una cruenta guerra política en la que será la entidad la que pague los platos rotos. Y un costo y decisión que sería imputable a MORENA, porque finalmente el Ejecutivo también fue electo por una mayoría de votación.

PRIAN EVIDENCIADO

Quienes están desesperados, con toda la razón, son los del Poder Legislativo, porque la noche fría que les hizo pasar Morena evidenció su pésimo trabajo pasado y presente.

Para comenzar, el personal administrativo del Legislativo no podía ocultar su desesperación y odio contra los morenistas, que si bien es cierto no son nada agradables si no se tiene empatía con ellos también lo es que el personal administrativo trabaja para el Poder Legislativo no dispone a los integrantes del Congreso, es decir, no han comprendido sus funciones.

Por su parte, la bancada priista no pudo dejar de evidenciar su descontrol y duelo por sobresalir: María Luisa Pérez Persuquía no terminaba de hablar cuando Julio Valera Piedras ya estaba dando su opinión para salir a cuadro, y ni qué decir de una Mayka Ortega Eguiluz más prepotente que nunca pero tratando de hacer migas con Pérez Perusquía, obviamente para tomar control y destacar sobre el resto de la bancada. ¿Será que sólo les falta hacer un chismógrafo a las legisladoras?

La mala noticia fue para Roberto Núñez Vizzuett, quien se enteró durante el receso que su diputación había sido revocada por el Tribunal Electoral Federal, caso lamentable porque podría decirse que tiene más mérito para ocupar su curul que una larga lista de plurinominales de todos los colores y sabores.

Mientras que Asael Hernández Cerón se mostró más prudente y logró demostrar, por fin  y aunque nadie lo hubiera creído, que sí le sirvió políticamente su estancia como dirigente estatal del PAN, pues logró generar un discurso que no ocupó para justificar su estancia diciendo que no es un oportunista como Pérez Perusquía, ni se aventó la frase de “El respeto al derecho ajeno es la paz” de Ortega Eguiluz, que sabe de todo menos de respeto a derechos ajenos, de lo contrario no habría llegado a la reelección.

Hernández Cerón destacó como el mejor perfil para dirigir a los prianistas, habrá que ver si puede llegar a catalogarse como personaje de confianza.