Para volver a creer en el PRI

”En su intención de ser el sucesor de Baños, Benjamín Rico tiene dos tareas primordiales: recuperar la confianza ciudadana con propuestas de campaña viables y devolverle la credibilidad al PRI”.

En Pachuca, las críticas a la administración de Sergio Baños se deben a diversos factores, pues no solamente se acusa la falta de trabajo en rubros importantes para la ciudad, sino también la gran cantidad de obras superfluas. Y es que la sociedad pachuqueña ya no acepta ser conducida en forma pasiva por un cabildo indolente y lejano a la gente.

 

Esta atmósfera hace que la contienda electoral para renovar el ayuntamiento sea un proceso complejo. En su intención de ser el sucesor de Baños, Benjamín Rico tiene dos tareas primordiales: recuperar la confianza ciudadana con propuestas de campaña viables y devolverle la credibilidad al PRI.

 

La inconformidad ciudadana por el gobierno de Sergio Baños sigue ahondando las grietas políticas y sociales en el PRI, que no ha podido dar una muestra contundente y convincente de unidad en Hidalgo.

 

La ciudadanía tiene muchas dudas acerca del empresario Benjamín Rico, sobre todo porque se cuestiona la limpieza y eficiencia de un gobierno municipal de corte priista, e incluso la convergencia que tendría con el gobierno de Julio Menchaca Salazar, en el entendido de que será necesario un trabajo coordinado para que Hidalgo salga de la podredumbre política que causó el antiguo régimen, responsable de la pobreza y desigualdad en la entidad.

 

Benjamín Rico tendrá que generar una propuesta de gobierno que arroje, con números y proyecciones econométricas, la posibilidad de que Pachuca vuelva a ser el epicentro político y administrativo del estado; devolverle el sello de modernidad que alguna vez tuvo la ciudad y garantizar una administración que actúe de acuerdo al interés público y no al  particular.

 

El peso específico que tuvo el PRI en Hidalgo se edificó en la lógica de un gobierno estatal fuerte y un gobierno municipal ampliamente operativo, condición que se perdió y que hoy parece el mayor pesar en un proceso electoral que va a contracorriente frente a un gobierno de alternancia política.

 

Para que la ciudadanía vuelva a creer en el PRI, Benjamín Rico requiere invertir el pragmatismo político que hizo del pueblo una comparsa política y no el protagonista de la realidad social, tarea que requerirá no un toque de puertas, sino un toque de conciencia.

 


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