PRI se disculpa por lo obvio: Osorio debió ser candidato

Ayer estuvo en Pachuca el dirigente nacional del PRI, René Juárez Cisneros e hizo lo que no pudo hacer Enrique Ochoa: pararse en el cubo de Colosio y hablar ante la militancia. Su mensaje, como siempre, fue entre líneas con la mención inevitable del líder moral de la entidad y de país: Miguel Ángel Osorio Chong.

Algunos dijeron que Juárez Cisneros causó revuelo cuando dijo: “Miguel Osorio y yo vamos con Meade”. La realidad es que en el estado debe hacerse que la militancia dé su voto al candidato presidencial que respalda “El Licenciado”.

En Hidalgo existe una guerra sucia entre fracciones del PRI que buscan a toda costa restarle fuerza a Miguel Ángel Osorio Chong, y no es para menos, pues la entrega de la militancia priista y hasta la oposición es inigualable, mientras en las mesas de convenciones nacionales priistas la entrada del hidalguense se marca con todos de pie y aplaudiendo.

Mientras que en las elecciones locales existen algunos personajes como Julio Menchaca que parecen tener un solo anhelo: igualar a MAOCH. Este año se juntan diferentes adversarios del líder moral del priismo que ya no están a su altura y sin embargo se aferran con todas sus fuerzas a intentar competir o imitar.

A nivel nacional el hidalguense se muestra como el estandarte del priismo de la cultura del esfuerzo, del trabajo, de los sectores y organizaciones, del que recorre calles y secciones, que moviliza en cualquier rincón del país, el cercano a la gente, el de camisas arremangadas que les da la cara a los estudiantes y respuestas a cualquier protesta. Y de ese modo se convierte en el gran error del PRI en 2018.

Juárez Cisneros pidió perdón a la militancia leal y comprometida que construye la base a la victoria porque “no se le dio el lugar que merece”. Así es: el lugar de la militancia era con un candidato tricolor que es suyo, que se defiende con vehemencia y que genera orgullo priista. Parece que el perdón es de la militancia a MAOCH por no haber peleado lo suficiente porque queda la sensación de “debimos hacer más por nuestro líder, por el PRI, por México”.

La visita de Juárez Cisneros puede crear especulaciones pero hay algo cierto: vino a levantarle la mano al líder moral del PRI en México, en su casa a mostrar respeto, y tal vez sea parte de la historia presidencial en 2024.