El primer debate presidencial 2018

¿Quién ganó el debate? La pregunta tiene varias posibles respuestas, no tanto por la pluralidad de opiniones sino por el significado de ‘ganar’, es decir, en los criterios que decidamos para determinar en este contexto el concepto de triunfo. Por ejemplo: a) si partimos del número de tweets favorables o likes en Facebook; b) si consideramos su desenvolvimiento escénico; c) si valoramos únicamente los argumentos; d) si sumamos las opiniones de “la comentocracia”; etc. Sólo cuatro de un sin fin de consideraciones para contestar dicha pregunta independientemente de la simpatía política.

Ahora bien, ¿qué significa la expresión “ganar el debate”? Cada quien utilizará el criterio que más le beneficie según la discusión, sin embargo, para no caer en un relativismo a conveniencia (como suele ocurrir en las barras de opinión), plantearemos de manera individual la pregunta según las propias pretensiones de los candidatos previo al debate. Por supuesto, dichos planteamientos son arbitrarios, ya que parten de mi propia interpretación sobre dichas pretensiones, por lo que limitaré la pregunta al simple objetivo de subir en las encuestas.

Margarita Zavala y la exposición de una niña de secundaria: Perdió el debate, a pesar de las opiniones favorables de los analistas políticos; parece que le tienen lástima o no quieren herir sus sentimientos. Una pendejada. La señora no sabe hablar, no sabe argumentar y no sabe responder ante los cuestionamientos que no había presupuestado. Su incontrolable emoción, evidente ineptitud e inauténtica posición política le cobraron factura.

El Bronco y las trampas como firma personal: Ganó su debate, pues lo conoció mucha gente que no sabía que existía. Más allá de sus pendejadas, como cortarle la mano a los ladrones, su triunfo personal reside en que durante la campaña se posicionará para, incluso, poder negociar con el presidente electo.

José Antonio Meade y la maldición del PRI: Perdió el debate, por el PRI, por Peña y porque no tiene carisma. No conecta y se vio sumamente incómodo, i.e., dicho debate lo va a desfondar y no va a haber nada, excepto un magnicidio, que le pueda salvar de su inminente caída.

Ricardo Anaya y el voto útil: Gana su debate porque muestra que es el único que puede derrotar a AMLO. Que lo logre o no, es otra cosa; empero, logra su pretensión de posicionarse en el segundo lugar y, por consiguiente, apelar al voto útil de los que no desean que Morena gane la presidencia.

AMLO y las encuestas como argumento: Gana su debate pues, aún cuando no contestó de manera fluida y contundente, no va a perder muchos puntos, por lo que su pretensión de no salir raspado funcionó. Aunque no tanto de manera mediática, es decir, sí salió golpeado en imagen, pero no lo suficiente para que alguien lo alcance.

El primer debate concluye con el perfil de una contienda bipartita, representado por dos generaciones y dos proyectos contrarios de nación: 1) la continuación del proyecto económico neoliberal (1988-2018); o 2) la ruptura hacia un proyecto de economía planificada (1962-1982). Dos visiones generales más allá de los detalles doctrinales de cada una de éstas.

Ahora bien, las preguntas que podemos hacernos al respecto es indagando en la naturaleza de ambos proyectos y, en la medida de lo posible, criticarlos sin tendencia reflexionando históricamente en sus virtudes y vicios. Porque los dos proyectos tienen virtudes y vicios, no obstante, ¿cuál de los dos tiene el mejor equilibrio?

Lee, opina y discute.

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Por: Serner Mexica

Filósofo por la UAM, estudió la Maestría en la UNAM y el Doctorado en la Universidad de La Habana. Fue Becario de Investigación en El Colegio de México y de Guionismo en IMCINE. En 2007 obtuvo el Premio Nacional de Dramaturgia EMILIO CARBALLIDO por su obra "Apóstol de la democracia" y en el 2011 el Premio Internacional LATIN HERITAGE FOUNDATION por su tesis doctoral "Terapia wittgensteiniana".


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EL INDIO FILÓSOFO - Serner Mexica

Filósofo por la UAM, estudió la Maestría en la UNAM y el Doctorado en la Universidad de La Habana. Fue Becario de Investigación en El Colegio de México y de Guionismo en IMCINE. En 2007 obtuvo el Premio Nacional de Dramaturgia EMILIO CARBALLIDO por su obra "Apóstol de la democracia" y en el 2011 el Premio Internacional LATIN HERITAGE FOUNDATION por su tesis doctoral "Terapia wittgensteiniana".