Nada tan brutal como confundir espacios y lógicas en la educación. Después del atentado en Florida, Donald Trump ha promovido una reacción contraria a lo que se podía esperar y a lo que aspiraba la ciudadanía estadounidense, que era crear una nueva ley de control de armas y generar protocolos de restricción en la operación de la producción y manejo de éstas. Sin embargo, sucedió lo contrario: Trump no sólo no ha creado una ley estricta en el control de las armas, sino que ha lanzado una iniciativa para que los maestros estén armados en las escuelas.
La actitud de Trump no es insólita y denota los intereses que tiene en la industria armamentista que, por cierto, lo apoyó en la elección que desafortunadamente hoy lo erige como presidente. Estos intereses se han visto magnificados ante la presión que he ejercido la Asociación Nacional del Rifle (RNA), que le ha exigido a Trump que no se eleve la edad de una persona -de 18 a 21 años- para poder adquirir un arma, porque tal decisión implicaría la pérdida de cientos de millones de dólares para este mercado.
Es decir, todo se reduce a las ganancias del mercado, nada existe para la protección de la vida de los ciudadanos norteamericanos y nada indica que en un futuro próximo se pueda dar una verdadera ley en el control de armas en el país de las barras y las estrellas.
Este escenario, que debería causar indignación y rabia, lamentablemente es un eufemismo de la simulación para el cual Trump y su gabinete están altamente preparados, al grado de que todas sus acciones están enfocadas al incremento de la riqueza y las ganancias de los grupos de elite de Estados Unidos.
Recientemente en filósofo Noam Chomsky advirtió que el séquito de Trump es una estirpe que le lame las botas al neoyorquino, quien ha encontrado todos los elementos de una maquinaria de Estado que sirve a los grandes intereses del mercado, afianzando una de las mayores alianzas tácitas de Estados Unidos entre la política y el mercado.
Armar a los profesores equivale a una estrategia en donde más de algún alumno los habrá de percibir como enemigos armados, por lo que pronto veremos una balacera entre profesores y alumnos, creando una podredumbre dantesca por la mascarada de Trump.
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
