Corea del Norte se ha propuesto desestabilizar y arrasar con la vida en el planeta. Por segunda vez en este mes, el pasado viernes Corea del Norte disparó un misil balístico intercontinental sobre Japón, mostrando que no le teme a las sanciones de la ONU ni a las amenazas de Estados Unidos. Pero lo realmente sorprendente es que los sistemas de defensa colocados en Corea del Sur y Japón no se hayan activado para destruir los misiles lanzados.
Por la televisión pudimos ver la movilización de la población y cómo algunas localidades transmitían mensajes llamando a los habitantes a refugiarse en el norte de Japón, bajo el paso de un nuevo misil balístico norcoreano sobre su cielo. Más tarde supimos que el Consejo de Seguridad de la ONU se reuniría el mismo viernes a puertas cerradas para ver de nuevo un tema que ya se le ha salido de las manos, pues Pyongyang no cree ni en sanciones ni en amenazas.
Corea del Norte había advertido que no escucharía las sanciones de la ONU y que seguiría con sus lanzamientos y ensayos nucleares. Ese lanzamiento se produjo sólo tres días después de la aprobación de una resolución del Consejo de Seguridad que aumentaba las sanciones, incluyendo la prohibición de los suministros de gas, el bloqueo de sus exportaciones de textiles y limitaciones de sus ciudadanos para trabajar en otros países.
Después de la sexta prueba nuclear de Pyongyang, el pasado 3 de septiembre, llovieron críticas sobre Corea del Norte, pero también se produjo una serie de temblores de más de 8 grados y 5 en México, producto de esas pruebas. Cabe preguntarse: ¿qué pasará en México y en otros países del Pacífico si Corea del Norte vuelve a realizar más pruebas nucleares?, sin duda tendremos más destrucción y muertos, y culparemos a la naturaleza por los sismos, obviando que detrás de ellos están los ensayos nucleares coreanos.
Estados Unidos, China, Rusia y la propia Unión Europea están obligados a sentar a Pyongyang en la silla de las negociaciones, a poner fin a sus pruebas nucleares y a llegar a un entendimiento, pues de lo contrario en planeta podría sufrir daños irreversibles con nuevas pruebas y con una posible “guerra nuclear” a corta escala. El portavoz del Gobierno japonés, Yoshihide Suga, dijo que ese comportamiento de Pyongyang era inaceptable y que su país ya no podía tolerar las repetidas provocaciones de Corea del Norte.
Si la comunidad internacional es incapaz de detener los ensayos nucleares y las pruebas balísticas del Corea del Norte, entonces México no sólo debería declarar persona no grata a su embajador, sino romper sus relaciones con el régimen y todo vinculo comercial, ¿pues acaso será Corea del Norte quien pague los daños que provocaron los terremotos que sobrevinieron en México después de sus pruebas o quien responderá por las vidas de quienes perdieron su vida? Claro, no.
Por: José Luis Ortiz Santillán
Economista, amante de la música, la poesía y los animales. Realizó estudios de economía en la Universidad Católica de Lovaina, la Universidad Libre de Bruselas y la Universidad de Oriente de Santiago de Cuba. Se ha especializado en temas de planificación, economía internacional e integración. Desde sus estudios de licenciatura ha estado ligado a la docencia como alumno ayudante, catedrático e investigador. Participó en la revolución popular sandinista en Nicaragua, donde trabajó en el ministerio de comunicaciones y de planificación. A su regreso a México en 1995, fue asesor del Secretario de Finanzas del gobernador de Hidalgo, Jesús Murillo Karam, y en 1998, fundador del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.
