¿Quién dirige el barco tricolor?

Los recientes cambios en el edificio tricolor han dado mucho de qué hablar, sobre todo en redes sociales, donde algunos han encontrado la forma de hacer públicas las dinámicas internas, así como quejas y rechazo a ciertos titulares.
Sin duda alguna, la oficina que está en el ojo del huracán es la de César Mora Velázquez, secretario de Organización, cuya llegada cimbró el escenario por ser originario del Estado de México, donde fue regidor de Tlalnepantla.
César Mora ha pregonado en todo momento que en Hidalgo no tiene compromisos ni grupos, por lo que no le importa “limpiar” las estructuras.
Al tiempo que el exregidor alardeaba de su falta de arraigo, debía ejecutar los trabajos de la secretaría vector del CDE, para lo cual echó mano de un “selecto” equipo de personajes que aquí les presentamos.
Luz Elena Sánchez, Alejandra Ordaz y Lidia Moreno tienen en común haber sido parte del equipo de Presidencia de Alberto Meléndez, a quien entregan su lealtad y compromiso.
Cristina Arellano y Juan Carlos Aquino representan el perfil educativo más bajo del área, sin acariciar tan sólo la licenciatura; gente cercana a Marco Pérez, exsecretario particular de Meléndez Apodaca (quien, por cierto, salió con la promesa de llegar a encargos federales, aunque, dicen, sigue esperando).
Johana Hernández y Carola Meneses llegan desde Sepladerym al CDE. De la primera se cuenta su estrecha cercanía con Ignacio Ibargüengoitia, al grado de ser una de las encargadas de “checar” los temas de constructoras y otros negocios. Mientras la segunda entrega diariamente informe puntual a sus exjefes sobre los trabajos del área, ¿a qué exjefes?, echen a volar la imaginación.
Miguel León y Miguel López, ambos encomendados por Pineda Godos.
Verónica Barajas y Maricela Rodríguez son conocidas, dicen, sobre todo en redes sociales, por ser las mujeres más alegres en la oficina, además de contar con un bajo perfil académico y un trabajo deficiente (Rodríguez en su paso por el ONMPRI, se dice, no daba una y constantemente su excompañera de oficina debía resolver sus errores).
Omar Domínguez y Diego Durán son nuevos elementos de la confianza del joven secretario, aunque sin el menor conocimiento de los trabajos de partido ni con habilidades sobresalientes.
Araceli Vargas y Juan Luis Romero, de quienes también se han ventilado algunos detalles en redes sociales, dicen, son la parte medular de la Organización, pues han realizado el trabajo administrativo de varios secretarios que sin ellos no habrían dado los mismos resultados.
Fabián Badillo, el consentido de Leoncio Pineda Godos, ya que es su antiguo compañero de clases y, dicen, los ojos del presidente.
Jesús Segura y Martín Quezada, a quienes se debe el trabajo de dos años de carros completos, fueron bajados de subsecretarios de organización a delegados distritales porque el juicio político impecable de Mora Velázquez así lo decidió, mientras Carola Meneses conserva el título de subsecretaria.
¿Quiénes se fueron?
Ellos ocupan estos lugares después de la salida de un importante número de personal que realizó los trabajos durante años y que ahora debió irse.
Rita Mosqueda y Patricia Hernández llevaban más de cinco años laborando en el bulevar Colosio y fueron eje de las subsecretarías en las que trabajaban.
Emilio Urbano y Yahir Téllez, ambos conocedores de las diferentes regiones del estado y con años de trabajo en el CDE.
Miguel Alamilla, Víctor López, Carlos y Alejandro Infante: a pesar de sus años de servicio y su trabajo fundamental en el tricolor, fueron despedidos sin miramiento alguno.
Entre los subsecretarios cuya salida se dio el mes anterior están Carlos García y Humberto Zúñiga, parece que al titular de Organización no le gustó la joven competencia.
Es así como queda dibujada el área más importante del Invencible, por donde alguna vez desfilaron hasta exgobernadores y hoy es un juego de inexpertos.
Pero lo que resulta más extraño es que, ante el discurso de “limpiar” la oficina de infiltrados y fugas, ya que no se tiene compromiso alguno, permanece la gente ligada a Ibargüengoitia, y hasta con trato especial.
Resulta que el imparcial César Mora tiene una liga con Ignacio Ibargüengoitia: el Estado de México, donde tienen amigos y trabajo en común.
Las cosas no siempre son lo que parecen y los discursos parecen lejanos a los hechos.