Ser y Devenir 155: la comprensión ontológica

La filosofía es un modo de ser del ser humano y este modo de ser consiste en afirmar el ser del ente.

La verdad en cuanto tal.

El juego del lenguaje comienza cuando se establece una pretensión filosófica: el ente es P, siendo P el concepto universal de dicho ente.

Pero las pretensiones filosóficas no tienen valor de verdad, es decir, no son verdaderas o falsas sino que simplemente se asienten o se disienten.

La verdad misma es una pretensión filosófica, e.g., ¿qué teoría de la verdad es la verdadera?

El ser se constituye cuando se tiene conciencia filosófica del ente, cuando pensamos en un ente filosóficamente.

La discusión filosófica comienza con el disentimiento: una pretensión filosófica φ se disiente filosóficamente: ¬ φ.

El disentimiento también es una pretensión filosófica ya que afirma el ser de ‘φ, esto es, su negación: ¬‘φ.

No obstante, la discusión tiene una piedra de toque: la gramática profunda. Las reglas que rigen los usos del lenguaje.

¿Cómo se resuelve la discusión?

Mediante el asentimiento: se interioriza φ o se confirma la verdad de ¬‘φ’. La discusión termina en ambos casos, pero en el segundo aún nos queda por resolver el ser de φ.

El problema filosófico impide el asentimiento.

No se puede interiorizar φ o confirmar ¬‘φ porque hay al menos un disentimiento previo a la discusión: las proposiciones gramaticales.

El problema filosófico surge en la condición misma del discurso. Por ejemplo, ¿qué es la libertad? ¿Lo que decía Locke o lo que decía Marx?

Un problema filosófico es una situación ontológica de la discusión, la diferencia gramatical impide el diálogo bajo un mismo paradigma y es un obstáculo infranqueable en el juego de lenguaje de la filosofía.

Según Wittgenstein, los problemas filosóficos son enredos conceptuales. Si desaparece el enredo entonces desparece el problema.

Pero dichos desenredos sólo disuelven las incomprensiones gramaticales. Un problema filosófico es un obstáculo ontológico y no una confusión. Lo primero es un conflicto gramatical y lo segundo sólo tiene sentido bajo una misma gramática.

Cuando reflexionamos sobre ciertos problemas filosóficos estamos reflexionando sobre ciertas de nuestras diferencias como seres humanos.

Supongamos dos culturas antagónicas teológicamente:

Vemos un mundo diferente desde nuestro mundo y, por muy distintos que parezcan, son semejantes en cuanto al problema filosófico en cuestión.

Esto es la diferencia en la coincidencia, sin embargo, los problemas filosóficos no se resuelven sino que se superan.

¿Y cómo sabemos que efectivamente superamos un problema filosófico?

Sólo la comprensión ontológica del “otro” me libra de un disentimiento que sólo desde mi mundo tenía sentido. El disentimiento es superado, luego no hay problema. El arte es una posibilidad de comprensión ontológica porque ofrece una perspectiva que trasciende el juego de lenguaje de la filosofía y su pretensión del ser del ente.

Porque el arte sólo pretende su expresión, no afirma el ser del ente como la filosofía sino que expresa el ente estéticamente.

Las expresiones artísticas son posibilidades de comprensión ontológica porque muestran el sentido de los juegos de lenguaje en cuestión dejando a otros modos de ser o juegos de lenguaje el análisis sobre el seguimiento de sus reglas.

La comprensión ontológica es un estado mental.

Y su objeto es el ser de una proposición gramatical cualquiera, esto es, la existencia del juego de lenguaje al que pertenece dicha proposición.

La filosofía afirma el ser del ente en cuanto tal mientras que el arte expresa el ente en cuanto a mí.

El juego de lenguaje filosófico es un modo de ser del ser humano, no es un modo cotidiano ni el más característico, pero nadie pueda negar que todos filosofamos.

Mi primera reflexión fue una disyunción.

Ser o Devenir.

Posteriormente sobre el proceso mismo de la filosofía.

Su conjunción.

Continúa:

La comprensión ontológica 2

Por: Serner Mexica

Filósofo por la UAM, estudió la Maestría en la UNAM y el Doctorado en la Universidad de La Habana. Fue Becario de Investigación en El Colegio de México y de Guionismo en IMCINE. En 2007 obtuvo el Premio Nacional de Dramaturgia EMILIO CARBALLIDO por su obra "Apóstol de la democracia" y en el 2011 el Premio Internacional LATIN HERITAGE FOUNDATION por su tesis doctoral "Terapia wittgensteiniana".






EL INDIO FILÓSOFO - Serner Mexica

Filósofo por la UAM, estudió la Maestría en la UNAM y el Doctorado en la Universidad de La Habana. Fue Becario de Investigación en El Colegio de México y de Guionismo en IMCINE. En 2007 obtuvo el Premio Nacional de Dramaturgia EMILIO CARBALLIDO por su obra "Apóstol de la democracia" y en el 2011 el Premio Internacional LATIN HERITAGE FOUNDATION por su tesis doctoral "Terapia wittgensteiniana".