Ser y Devenir 92

—¿Quieres azúcar? —le pregunto a Tezca y relincha—. Toma.

Acompañaba a Fidel y sus jinetes a arrear los toros de engorda, trasladábamos un centenar de un enorme potrero rumbo a la puerta que entronca con el camino por donde entran los camiones de carga y no tenía conciencia filosófica del evidente destino de las reses hasta que conocí a Elisa, una niña de trece años que, en todos los sentidos, era mayor que yo.

—¡Abran la reja! —grita Fidel.

El mundo es injusto. Y, resignadamente, no puede ser justo porque entonces cambiaría nuestro concepto mundano o nos referiríamos a otro mundo y no a éste que pisamos con los pies. ¿Qué es la justicia? Más allá de Kelsen y su caracterización puramente jurídica, ningún sistema puede ser considerado justo, en sentido estrictamente filosófico, ya que de antemano contiene el elemento de injusticia en su propia construcción. La subjetividad inherente a la creación del sistema. ¿En qué lugar o situación del sistema te encuentras en su fundación o en su plena realización? ¿Y qué papel jugaste en su formación? Los actos de un individuo no pueden ser considerados justos o injustos hasta determinar su posición sistémica pues sólo en dicha instancia puede hablarse de concordancia entre sus acciones y el sistema. Y eso no es justo.

—¡Quítate de la reja, maldita sea! —le grita Fidel a Elisa cuando ella impide la salida del ganado de uno de los potreros obstruyendo el paso con una vieja carreta jalada por un burro.

No es lo mismo el robo que comete un obrero que un banquero. Dos actos injustos, pero el del obrero es “más injusto” que el del banquero. ¿La justicia puede cuantificarse? Aparentemente sí. El primero no tiene las justificaciones del segundo, i.e., mucho dinero, contactos políticos e influencias jurídicas. La justificación del primero no está apoyada por nadie, institucionalmente hablando, y la totalidad de los argumentos del segundo sobrepasan cualquier sanción jurídica o social del sistema. El primero siempre va a la cárcel, el segundo nunca.

—¡O te quitas por las buenas o te agarro a fuetazos! —Fidel le sigue gritando.

No es justo.

De todo lo que sucedía en el rancho lo que menos me gustaba era el trato arrogante que daban los capataces a los campesinos, trepados sobre un supuesto escalón jerárquicamente superior se sentían con el derecho al insulto, la vejación y, por contradictorio que parezca, la discriminación. Los capataces como Fidel eran tan indígenas como los campesinos a su cargo, pero ellos se vestían con el modo occidental del vaquero y renegaban de cualquier parecido con sus semejantes indígenas.

—¡Maldita india! —Fidel alza su fuete para pegarle y ella sólo se cubre el rostro con ambas manos.

Me puse en medio de los dos:

—¡Déjala en paz!

—Quítate, escuincle, o te juro que también te doy a ti.

—¡Atrévete, imbécil!

Fidel quedó inmóvil, aún con el brazo alzado y respirando agitadamente mientras Elisa descubría lentamente su rostro para mirarme.

¿La justicia es una relación entre el ser y el devenir, un equilibrio entre la teoría y la práctica o una correspondencia entre el mundo y el individuo?

—Esto es un negocio, escuincle.

—Pero no te pases de verga.

—Me vas a meter en líos con tu abuelo.

—No me importa.

La mirada de Fidel denotaba odio, no obstante, yo me mantenía sin parpadear hasta que desistiera de su tentativa de violencia. Entonces nos sorprendió a todos un poderoso llamado proveniente de una loma:

—¡Elisa!

Era la anciana indígena con bastón de mando.

—Ya oíste a tu abuela, niña —dice por último Fidel.

Elisa baja la mirada, suspira hondo y, sollozando, arrea al burro para mover la carreta. Los toros pasan sin ningún obstáculo y Fidel y sus jinetes lo arrean rumbo al contenedor de un tráiler. Volteo a ver hacia la loma y la anciana ya no está; volteo a ver la carreta y Elisa está llorando. Me le acerco poco a poco:

—¿Por qué lloras?

—Los llevan al matadero.

 

Continúa 93

Por: Serner Mexica

Filósofo por la UAM, estudió la Maestría en la UNAM y el Doctorado en la Universidad de La Habana. Fue Becario de Investigación en El Colegio de México y de Guionismo en IMCINE. En 2007 obtuvo el Premio Nacional de Dramaturgia EMILIO CARBALLIDO por su obra "Apóstol de la democracia" y en el 2011 el Premio Internacional LATIN HERITAGE FOUNDATION por su tesis doctoral "Terapia wittgensteiniana".






EL INDIO FILÓSOFO - Serner Mexica

Filósofo por la UAM, estudió la Maestría en la UNAM y el Doctorado en la Universidad de La Habana. Fue Becario de Investigación en El Colegio de México y de Guionismo en IMCINE. En 2007 obtuvo el Premio Nacional de Dramaturgia EMILIO CARBALLIDO por su obra "Apóstol de la democracia" y en el 2011 el Premio Internacional LATIN HERITAGE FOUNDATION por su tesis doctoral "Terapia wittgensteiniana".