¡Torazos!

Hasta donde se sabe, se está dando un fenómeno en el proceso electoral de nuestro estado que se debe ver con mucho cuidado por parte de los dos partidos políticos más fuertes: Morena y PRI.

Nos referimos al “chapulineo”, esa actitud de militantes que dicen y argumentan que lo pensaron mejor y saltan al partido de enfrente cambiando de camiseta porque así conviene a sus intereses.

Esta migración política ha crecido mucho rumbo a Morena desde que el partido tricolor perdió fuerza y presencia, sobre todo desde que perdió la Presidencia de la República.

Y así no es raro enterarse de que fulanito o zutanito, antes tan priistas, de pronto anuncian que dejan esos colores porque le convencen más los guindas de Morena.

Son más raros los casos de morenos que emigren al PRI, aunque todo es posible.

Sin embargo, lo que se sabe es que son priistas los que dejan este partido para sumarse al ejército de Menchaca.

Y no son pocos, porque incluso algún jefe moreno ha dicho que es una verdadera estampida la que les llega, donde lo que se cuida es que entren por la puerta y en orden y que no se salten las trancas.

Y algo que dice mucho, que entre los que han llegado que son muchos tricolores de a pie, de la militancia sin mucho peso político, también han llegado “torazos”, personajazos que en algún momento fueron los grandes jefes tricolores y que ahora llegaron ya a Morena.

Y este desfile tricolor rumbo a Morena seguramente preocupa -y mucho-, al PRI, pero también a Morena, porque algunos de los que llegan pueden ser lobos con piel de oveja.


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