En su primer discurso al iniciar el septuagésimo segundo período ordinario de sesiones de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que se extenderá hasta el próximo 25 de septiembre, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, amenazó con destruir completamente a Corea del Norte y pidió más firmeza contra Irán y Venezuela.
No escuchamos nada que no supiéramos de antemano: Trump se había encargado de definir el contenido de su discurso previamente por Twitter, fue firme en su posicionamiento respecto a Corea del Norte y prometió destruirla si el régimen de Kim Jong un continúa amenazando a sus vecinos y a sus aliados, y acusó al régimen de ser una banda de criminales que juega con el hambre de su pueblo, que encarcela y asesina a sus opositores; por lo que solicitó a la comunidad internacional hacer un compromiso firme para detenerlo, advirtiendo que si no lo hace, su país está dispuesto a actuar sólo para defenderse.
Contrario a la posición del presidente francés, Emmanuel Macron, en su intervención en la Asamblea General de la ONU -que rechazó la idea de tirar a la basura los acuerdos firmados con Irán o modificarlos-, Trump reiteró sus críticas al acuerdo nuclear multilateral alcanzado durante el gobierno de Barack Obama, diciendo que fue uno de los peores acuerdos firmados por Estados Unidos.
Trump describió el régimen iraní como un Estado perverso, una dictadura que priva a su pueblo de la libertad y exporta el terrorismo en todo el mundo, especialmente a los países musulmanes. Precisamente, Estados Unidos, Reino Unido, China, Rusia, Francia y Alemania se reunirán en Nueva York el miércoles para revisar el acuerdo.
Por último, como lo había señalado en Twitter, el presidente estadounidense criticó al gobierno de Venezuela, al cual calificó de corrupto, que se ha empeñado en destruir una nación próspera, que ha desafiado a su propio pueblo y derribado sus propias instituciones. El presidente pidió ayudar a los venezolanos a recuperar su orgullo y restaurar la democracia, y se declaró dispuesto a tomar las medidas necesarias para ello.
El canciller venezolano, Jorge Arreaza, respondió que “el gobierno de Estados Unidos viola todos los principios establecidos en la carta de las Naciones Unidas, al actuar de manera grosera, irrespetuosa e injerencista contra la soberanía e independencia de los pueblos del mundo (…) su país es un país de paz y ningún líder del mundo puede cuestionar nuestra soberanía”.
El presidente de Bolivia, Evo Morales, manifestó que Trump “tiene doble moral, pide soberanía, paz y respeto mutuo, pero ataca y condena al socialismo; es un jinete del imperialismo que intenta destrozar a países antiimperialistas”, y afirmó que “Venezuela tiene su democracia, ha habido elecciones; por lo que es importante no apoyar la intervención”.
Contrario al guerrerismo de Trump, el presidente de Francia hizo un llamado a reforzar el multilateralismo, precisando que “nuestros retos son globales. Hoy más que nunca necesitamos multilateralismo; pues es el que permite para construir la paz y la respuesta militar no puede ser la única respuesta.
Seguramente escucharemos más posicionamientos sobre estos temas, los cuales circularán alrededor de lo que hoy se ha dicho en la Asamblea General; lo importante es cerrar las puertas a la guerra y buscar que el diálogo permita afianzar la paz, la seguridad y la gobernabilidad democrática en todo el planeta.
Por: José Luis Ortiz Santillán
Economista, amante de la música, la poesía y los animales. Realizó estudios de economía en la Universidad Católica de Lovaina, la Universidad Libre de Bruselas y la Universidad de Oriente de Santiago de Cuba. Se ha especializado en temas de planificación, economía internacional e integración. Desde sus estudios de licenciatura ha estado ligado a la docencia como alumno ayudante, catedrático e investigador. Participó en la revolución popular sandinista en Nicaragua, donde trabajó en el ministerio de comunicaciones y de planificación. A su regreso a México en 1995, fue asesor del Secretario de Finanzas del gobernador de Hidalgo, Jesús Murillo Karam, y en 1998, fundador del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.
