Trump, dispuesto a hacer a un lado a la OMC

Cuando a finales de enero el presidente Donald Trump señaló que impondría un impuesto aduanero del 20% (y del 35% a los automóviles) a las importaciones procedentes de México para financiar su muro, no estaba bromeando. Quizá muchos recurrieron de inmediato a cuestionar lo improbable de esa idea, pero él quiere salirse con la suya y se esfuerza para ello, aunque redibuje las reglas del comercio mundial actuales.

 

Los cuestionamientos a la idea de Trump se basaron, primero, en que Estados Unidos, junto a Canadá y México, creó una zona de libre comercio en 1993 (Tratado de Libre Comercio de América del Norte -TLCAN-), la cual entró en vigor el 1 de enero de 1994; esto comprometió a los tres países a eliminar sus aranceles a los productos y servicios, así como a las inversiones, por lo que imponer impuestos a la entrada conduciría a Estados Unidos a salir del TLCAN. Segundo, porque aun saliendo del TLCAN, México podría recibir el trato de nación más favorecida bajo las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y pagar un arancel del 2%, pues los países miembros están obligados a avanzar en la reducción arancelaria y a respectar el principio de reciprocidad; no podemos obviar que el objetivo final de la OMC es convertir al planeta en una unión aduanera un día.

 

Sin embargo, todo eso no le importa a Donald Trump. El Departamento de Comercio de  Estados Unidos ya está estudiando los medios legales para imponer sanciones arancelarias a sus importaciones en el propio marco de la OMC, lo cual está dentro de la lógica del presidente, pues él fue franco en su campaña presidencial al señalar que la OMC era un desastre y advirtió que deseaba renegociar o salir de esa organización internacional.

 

Financial Times ha informado que el nuevo gobierno está estudiando la posibilidad de eludir las normas del órgano de solución de diferendos comerciales (OSD), encargado de hacer cumplir las normas comerciales internacionales y arbitrar disputas entre los países miembros. Según Financial Times, los equipos de trabajo del Departamento de Comercio están trabajando para hacer una lista de los mecanismos legales que Estados Unidos podría utilizar para imponer de manera unilateral las sanciones comerciales, seguramente contra México y China en primer plano.

 

Expertos en el uso del OSD ahora se disponen a ir en el proceso inverso en que desea avanzar la OMC. Estados Unidos es el mayor usuario del OSD: en el último año presentaron 114 casos de querellas y objetaron 129 quejas procedentes de terceros países. Los expertos opinan que será muy difícil para Estados Unidos imponer aranceles a los productos específicos de una nación como México, por ejemplo, pues posibilitaría una respuesta del país atacado por medio del OSD.

 

La OMC no prohíbe explícitamente medidas de protección para una industria en particular; los derechos antidumping pueden ser impuestos por un país, si una industria se ve amenazada por un aumento en las importaciones, lo que puede ser el caso de la industria automotriz. El director general de la OMC, Roberto Azevedo, se ha encargado de explicar al presidente de Estados Unidos que la Organización tiene las herramientas para resolver la mayoría de sus preocupaciones en comercio internacional.

 

Todo indica que, una vez que los titulares del gobierno estadounidense encargados de atender los temas del comercio asuman sus puestos, el mundo temblará. Wilbur Ross debía ser confirmada al frente del Departamento de Comercio del Senado y el elegido por Donald Trump para hacerse cargo del comercio internacional, Robert Lighthizer, quizá sea ratificado en marzo.

 

Mientras tanto, el gobierno mexicano puede seguir pensando en la renegociación del TLCAN o en que la OMC impedirá la imposición de aranceles del 35% a las exportaciones de automóviles al mercado de Estados Unidos; aunque lo mejor sería comenzar a explorar posibilidades para modernizar el parque vehicular de los países de Centroamérica o aumentar las exportaciones a América del Sur, porque Donald Trump hará todo para imponer su ley en el comercio internacional.

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Por: José Luis Ortiz Santillán

Economista, amante de la música, la poesía y los animales. Realizó estudios de economía en la Universidad Católica de Lovaina, la Universidad Libre de Bruselas y la Universidad de Oriente de Santiago de Cuba. Se ha especializado en temas de planificación, economía internacional e integración. Desde sus estudios de licenciatura ha estado ligado a la docencia como alumno ayudante, catedrático e investigador. Participó en la revolución popular sandinista en Nicaragua, donde trabajó en el ministerio de comunicaciones y de planificación. A su regreso a México en 1995, fue asesor del Secretario de Finanzas del gobernador de Hidalgo, Jesús Murillo Karam, y en 1998, fundador del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.


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CONTEXTO ECONÓMICO GLOBAL - José Luis Ortiz Santillán

Economista, amante de la música, la poesía y los animales. Realizó estudios de economía en la Universidad Católica de Lovaina, la Universidad Libre de Bruselas y la Universidad de Oriente de Santiago de Cuba. Se ha especializado en temas de planificación, economía internacional e integración. Desde sus estudios de licenciatura ha estado ligado a la docencia como alumno ayudante, catedrático e investigador. Participó en la revolución popular sandinista en Nicaragua, donde trabajó en el ministerio de comunicaciones y de planificación. A su regreso a México en 1995, fue asesor del Secretario de Finanzas del gobernador de Hidalgo, Jesús Murillo Karam, y en 1998, fundador del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.