El éxito de una inversión, o de la venta de la producción industrial, agrícola o de servicios, no se garantiza exclusivamente por la calidad de la misma; en los hechos, sabemos que la oferta depende de la demanda, por lo que casi cualquier especulación, suspicacia, e incluso insinuación mediática, puede generar desequilibrios en las ventas y con ello afectar a las bolsas de valores, como constantemente sucede con Wall Street.
En este escenario, también el equilibrio político en un país es un aspecto infranqueable en los mercados de valores como un vector cuya ponderación jamás queda al margen de los cálculos económicos, por lo que, en estos días, donde gobiernos de izquierda como el de Gabriel Boric en Chile o el ascenso de Gustavo Petro en Colombia, marcan una brújula en la incertidumbre de los mercados internacionales.
Los gobiernos de izquierda en el cono sur han marcado, por su compromiso social y la protección de sus recursos naturales, un golpe de timón hacia las inversiones locales e internacionales, porque no suelen abaratar sus riquezas o entregarlas al capital extranjero o local sin los candados de impuestos justos y la progresión de medidas ambientales; tal es el caso de Chile con la explotación reciente de litio y de Colombia con respecto al carbón, cuestiones que se suman a infinidad de productos de la región.
Como los gobiernos de izquierda no son estancos a modo para la inversión sin ganancias para sus estados, gobiernos de todo el mundo, empresarios y capital financiero internacional han tenido que ajustar sus apetitos económicos y contener sus prácticas inescrupulosas, cuestión que no solo reduce sus márgenes de ganancia, sino también las prácticas insalubres sobre el medio ambiente que suelen presentar, lo que tiene en vilo a Wall Street, si también le sumamos la crisis del gas y petróleo producto de la guerra en Ucrania que, por cierto, mantiene una carestía importante en Europa central.
El fracaso del esquema neoliberal en cuanto al empobrecimiento internacional para los sectores de obreros, campesinos, e incluso, empleados del sector servicio, marca un airado desencuentro que ya no está siendo posible contener en las urnas, como sucede en México, por lo que con conciencia social o sin ella en los tejidos poblacionales, la izquierda parece vivir un momento climático en el equilibrio político internacional.
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Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
