1985-2017: misma solidaridad, misma corrupción

El año 1985 nos parece muy lejano; marcado por el terremoto que causó estragos en la Ciudad de México, pero también por la capacidad de la sociedad civil mexicana para organizarse y ayudar a su gente. 2017 no fue diferente.

El ‘85 fue aprovechado para crear slogans y discursos enaltecidos con palabras como solidaridad y fuerza, palabras que años después el PRI siguió retomando para incidir en la decisión de la ciudadanía. En aquel entonces ya se esperaba impacientemente que Miguel de la Madrid destapara al elegido para sucederlo como presidente de la República.

El dedazo cargó los dados en favor de Carlos Salinas de Gortari, cuya campaña presidencial comenzó años atrás con los bonos políticos que se pudieron cosechar de una tragedia nacional, claro está, basada en valores comunes del México Contemporáneo, pues en el ardid de la unión y apoyo se había logrado crear mecanismos que mostraban autosuficiencia de una sociedad solidaria.

Casualidades de México, siempre surrealista, que parece repetir su historia.

Aquellos sexenios arrancaron con la promesa de renovación moral y transformación para dar paso a una serie de eventualidades que mostraron la corrupción de esferas políticas y, dos presidentes que fueron rechazados por la ciudadanía, que encontró en ellos el blanco perfecto para reclamar las condiciones de vida que han padecido durante generaciones.

De la Madrid en aquellos años colocó a su tapado: Carlos Salinas de Gortari, venido del pensamiento económico y las cúpulas de poder, sin contar con apoyos políticos ni empatía entre la ciudadanía, realizó una campaña sin mayores sobresaltos, encuadrada en los estándares partidistas.

El final de la historia lo conocemos de sobra: en 1988 México salió con odio en las manos y la decisión firme de votar en contra de Carlos Salinas de Gortari, candidato del PRI.

Finalmente, se declaró ganador a Carlos Salinas en medio de un descontento social que se percibió en todos los rincones del país, sin dejar la menor duda al aire. La gente reclamaba la votación de muertos, robo o embarazo de urnas, compra de votos, centenares de incidentes que mostraban una de las elecciones más sucias en la historia del país -y eso, créame, ya es mucho decir-.

La llegada de Salinas de Gortari a la Presidencia involucró un rechazo latente que nunca disminuyó, generando tanta antipatía que hasta la fecha es uno de los personajes más siniestros que se han conocido. El desdén de la ciudadanía no tuvo punto de retorno.

Actualmente, el tapado casi destapado, según dicen algunos, es José Meade Kuribeña, el elegido de un presidente con menos del 10% de aprobación ciudadana, que no cuenta ni con el respaldo de aquellos que lo hicieron llegar a Los Pinos -y es que Manlio Fabio Beltrones no es pieza pequeña-, pero aún así pretende mantener su decisión, a pesar del disgusto de todo un país.

¿Qué va a suceder en 2018? Lo mismo que en 1988: la población saldrá a dar un voto de odio a Peña Nieto, una señal de enojo, de hartazgo con un sexenio que engloba la frivolidad de una familia que habita Los Pinos.

Es que las tragedias en México juegan papeles duales: por un lado exhiben solidaridad y mueven corazones, pero por el otro muestran la fuerza real de una sociedad unida y el desazón de vivir en medio de condiciones que no garantizan ninguna seguridad ni en catástrofes ni en la vida diaria.

Es muy sencillo salir a lamentar las condiciones en que se encuentra la población afectada por los huracanes, pero olvidan que ese rezago fue fomentado por años de mal gobierno que no generó viviendas y en cambio regaló láminas y gorras durante su campaña. Podemos ver a Manuel Velasco Coello junto a su esposa abrazando gente y llorando por su gran sensibilidad social, pero no los vimos durante su sexenio trabajando por mejorar esas condiciones. El ahora aspirante recorrió las zonas con promesas de campaña que no cumplió, pero podemos ver lo inflado de sus gastos de publicidad para intentar arañar la silla grande.

Vemos cientos de publicaciones lamentando los hechos con banderas mexicanas para al siguiente día reunir toneladas de ayuda de políticos hidalguenses, porque mientras la Ciudad de México está de pie con voluntarios y manos ayudándose, esos mismos políticos están cómodamente disfrutando de los placeres que les brinda la corrupción. El hecho de que puedan llegar a ser sus gobernantes es una decisión que está en sus manos, querido lector, y es el poder de su voto.

Cabe resaltar que fue precisamente en el sexenio de Miguel de la Madrid que se gestó el narcotraficante más poderoso que ha visto México: Amado Carrillo Fuentes “El Señor de los Cielos”, mismo que según la leyenda era el poder tras el trono, porque toda la inseguridad que ahora explota en México es producto de la consecución de hechos que se gestaron en aquellos años.

México permanece tan inseguro como en 1985, sólo que ahora tenemos la gran ventaja de tener medios digitales que nos permiten hasta contabilizar el número de víctimas por ciertos delitos y hacer virales los eventos de nota roja, cuestión que antes ni siquiera era imaginable, de ahí que ahora existe mayor información, pero basta recordar el estado de censura que se vivía en aquellos años. Así es, el país no ha cambiado, ni es nueva la inseguridad.

John Kelly ha declarado, según diversas notas periodísticas, que México está a punto del colapso. Lo que pasa es que hemos vivido así durante décadas enteras; ya en 1988 se hablaba de protestas y disidencias contra un candidato fraudulento -si creían que AMLO era autor intelectual de esa parte de la historia, están en un error, él adopta un viejo monstruo del sistema democrático, y podría ser una de las razones de su éxito-.

La tragedia mexicana muestra la fuerza de una ciudadanía que con justa razón rechaza a su clase política, que le reprocha su falta de sensibilidad social y compromiso con el desarrollo del país. Si existe mayor empatía con políticos populistas, motivos deben existir y si nos encontramos a un paso de ser Venezuela, la novedad es que el símil de Hugo Chávez podría ser EPN y no AMLO.

2017, al igual que 1985, servirá para un comercial político más mientras el México de la gente trabajadora, de los estudiantes, de las amas de casa, de los comerciantes, de los motociclistas, de los periodistas, de los voluntarios, de los adultos mayores, de los maestros, de los transportistas, de rescatistas, de los médicos, de los ninis, ése está en las calles ayudando y ése no va a aparecer en la boleta de 2018, como no lo hizo en 1988.