Vivimos en una era donde las máscaras sociológicas están a la orden del día, debido a que somos partícipes de un mundo impersonal y nuestra identidad se fragmenta de acuerdo a los entornos en que la vida nos coloca.
Las redes sociales juegan al mimetismo del oscurantismo social, donde los escenarios suelen ser falsos y se magnifican para crear espejismos. Al inicio del sexenio, empoderado por el peso virtual que lo había llevado a la Presidencia, López Obrador calificó a las redes sociales como “benditas”. Eran días de pasión y gloria.
AMLO es una figura mediática, sus contrastes suelen ser demoledores y es capaz de desarmar cualquier opinión que se conciba y transmita desde las redes sociales, sea nacional o internacional. Sin embargo, esto no implica que no puedan causar desequilibrios en el poder, pese a que el presidente señale, cuantas veces quiera, que tiene otros datos.
Los mercados bursátiles son manifestaciones redireccionadas de redes sociales de información que, bajo rumores, pueden hacer variar el rumbo de las proyecciones económicas en un país. Aquí, la percepción social denota que oscila como péndulo y provoca variaciones, aunque se trate de una noticia falsa (fake news), lo cual nos advierte de la fragilidad social de esta era.
AMLO va más allá de las redes sociales porque su capital político ha sobrepasado los imaginarios del poder público, llevando al precipicio los estereotipos de la política, por lo que se permite hacer comentarios que ironizan la realidad, creando desequilibrios en las dimensiones de la oposición a su gobierno y llevando al limbo a las redes sociales.
Pocos personajes públicos en el planeta se atreven a enfrentar a las redes sociales, pocos son frontales contra los medios de información y pocos son capaces de crear escenarios que resulten creíbles y sean capaces de guiar a la sociedad. Por ello, AMLO puede calificar a las redes sociales de benditas y al siguiente día de infernales, y salir fresco como una lechuga.
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
