Desconfianza ciudadana carcome a los gobiernos

El estudio anual de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) sobre la calidad de vida en veintiocho de sus países miembros muestra un rostro sombrío de desconfianza de los ciudadanos hacia sus gobiernos: sólo un tercio de la población cree que tiene influencia en la política: en Italia alrededor del 18%, en España el 22%, en Alemania alrededor del 25%; por otro lado, el 60% de los chilenos y más del 70% de los griegos piensan que tienen las palancas para hacerlo; en México el 80% de las personas cree conocer a alguien en quien puede confiar cuando lo necesite, cifra considerablemente menor que el promedio de la OCDE de 89%.

Otro hallazgo alarmante de la OCDE es que casi el 60% de la población sospecha que el gobierno es corrupto. En ese contexto, no es sorprendente observar que, en promedio, menos de uno de cada dos votantes participa en elecciones generales. Sólo Australia y Bélgica, donde el voto es obligatorio, alcanzan más del 90% de participación.

Pero si los europeos están en general satisfechos con la forma en que se llevan a cabo las elecciones, no sucede lo mismo en México, donde la desconfianza en el gobierno va en aumento y la participación electoral de los ciudadanos en caída, pues en el último proceso fue del 63%, cifra menor que el promedio de la OCDE de 69%.

En América Latina, Chile se ubica entre los países con mayor percepción de corrupción, al quedar por debajo de Italia que tiene un porcentaje del 89% y México con el 83%; al respecto, el secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, ha dicho que la corrupción “es un flagelo para la competitividad económica de México, su imagen pública y el bienestar de sus ciudadanos, empeora la desigualdad y la inseguridad y socava la confianza en el gobierno y las instituciones”.

En general, muchos ciudadanos sienten que su gobierno no satisface sus necesidades. Las heridas de la crisis no se han curado y muchos ciudadanos creen que los beneficios de la apertura comercial y la globalización no les están llegan por lo que Gurría ha dicho que es urgente encontrar maneras de establecer un diálogo más fructífero con todos los ciudadanos, a trabajar para mejorar su bienestar y recuperar su confianza.

En Estados Unidos, el estudio destaca la erosión de la confianza en las instituciones públicas. Sólo el 38% de las personas confía en su gobierno, lo cual significa una reducción de cuatro puntos porcentuales desde 2006 y hoy menos del 20% de los estadounidenses entregan un cheque en blanco a su gobierno, en comparación con el 80% de principios de la década de 1960.

En definitiva, la desconfianza en los gobiernos sigue promoviéndose gracias a la percepción de los ciudadanos sobre el aumento de la corrupción dentro de ellos y México no es la excepción. El estudio de la OCDE arroja muchos datos más, pero sólo para México llenaríamos hojas y hojas de datos y análisis.

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Por: José Luis Ortiz Santillán

Economista, amante de la música, la poesía y los animales. Realizó estudios de economía en la Universidad Católica de Lovaina, la Universidad Libre de Bruselas y la Universidad de Oriente de Santiago de Cuba. Se ha especializado en temas de planificación, economía internacional e integración. Desde sus estudios de licenciatura ha estado ligado a la docencia como alumno ayudante, catedrático e investigador. Participó en la revolución popular sandinista en Nicaragua, donde trabajó en el ministerio de comunicaciones y de planificación. A su regreso a México en 1995, fue asesor del Secretario de Finanzas del gobernador de Hidalgo, Jesús Murillo Karam, y en 1998, fundador del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.






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CONTEXTO ECONÓMICO GLOBAL - José Luis Ortiz Santillán

Economista, amante de la música, la poesía y los animales. Realizó estudios de economía en la Universidad Católica de Lovaina, la Universidad Libre de Bruselas y la Universidad de Oriente de Santiago de Cuba. Se ha especializado en temas de planificación, economía internacional e integración. Desde sus estudios de licenciatura ha estado ligado a la docencia como alumno ayudante, catedrático e investigador. Participó en la revolución popular sandinista en Nicaragua, donde trabajó en el ministerio de comunicaciones y de planificación. A su regreso a México en 1995, fue asesor del Secretario de Finanzas del gobernador de Hidalgo, Jesús Murillo Karam, y en 1998, fundador del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.