Ingobernabilidad, deficiencias en atención a la salud y atención a grupos prioritarios, así como presencia de actividades ilícitas en los Centros de Readaptación Social (Cereso) de Apan y Mixquiahuala reveló el último Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria.
El estudio que realiza la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), en el 2020 informó que los centros penitenciarios de Apan tenían una calificación global de 5.20 y Mixquiahuala, 5.12 de un rango del cero al 10 en el que se calificaron cuatro vertientes: trato digno, gobernabilidad, efectiva reinserción social y necesidades específicas -salud y atención a grupos vulnerables-.
Según datos de la Comisión local en la cárcel de Apan se alberga 131 personas privadas de su libertad y en Mixquiahuala, 107 y los hallazgos que hizo la CNDH fue que en ambas hay hacinamiento y sobrepoblación, así como insuficiencia de personal de seguridad y custodia, deficiencias en la atención a la salud y una mala alimentación.
Otro de los aspectos es que en el caso de Apan no hay separación entre hombres y mujeres y se encontró presencia de actividades ilícitas y existen grupos que ejercen el control con otros reos. En cuando a la cárcel de Mixquiahuala se detectó que son insuficientes en los programas para la prevención de adicciones y desintoxicación voluntaria.
