Con cadenas colocadas en cada uno de los accesos al Congreso del Estado, lazos y vallas humanas, un grupo de militantes y simpatizantes de MORENA encabezado por el dirigente estatal, Abraham Mendoza Zenteno, pretendía evitar que se realizara la última sesión ordinaria de la LXIII Legislatura para no aprobar las reformas a la Ley Orgánica del Poder Legislativo, entre ellas la que busca hacer rotativa la presidencia de la Junta de Gobierno, así como la asignación de comisiones legislativas y la reestructuración de la deuda pública.
A decir de Abraham Mendoza, las modificaciones atienden intereses del gobernador del estado, Omar Fayad, que “no termina de entender que ya no tienen el poder y siguen manipulando a la actual Legislatura”.
Desde las seis de la mañana los manifestantes bloquearon los accesos para impedir el paso tanto del personal como de los legisladores. En un momento se corrió el rumor de que al interior del recinto ya estaban sesionando los diputados del PRI y PANAL; para cerciorarse, el diputado con licencia Cipriano Chárrez y la diputada local, Simey Olvera, se brincaron las vallas metálicas junto con otras personas. De acuerdo con el área de Comunicación Social del Congreso, desprendieron la puerta de vidrio de la Torre Legislativa y rompieron un cristal. Una vez que constataron que no había diputados en el interior, salieron de la misma forma como entraron: brincando la valla.
Al filo de las 13 horas, el grupo inconforme que se encontraba en la parte trasera fue replegado por elementos de la Policía Estatal, que utilizaron gas lacrimógeno para despejar el área. En respuesta, los manifestantes lanzaron piedras, tomaron varillas y palos para defenderse, pero el picor del gas los hizo correr.
Durante el despliegue de policías al Congreso local hubo un conato de enfrentamiento con los protestantes, en el que según el líder de MORENA resultaron por lo menos cinco personas heridas que requirieron atención médica, entre los que destaca la diputada electa del distrito de Ixmiquilpan, Lucero Ambrosio Cruz.
Asimismo, el diputado Marco Antonio Ramos Moguel ingresó al recinto legislativo por la puerta trasera, enojado porque no lo dejaban pasar y con sangre en la nariz debido al efecto del gas que habían dispersado para replegar a los manifestantes.
Los enfrentamientos sirvieron de distractor para que un grupo de diputados ingresara por la parte trasera, con los cuales se lograba quórum para desarrollar la sesión.
Los diputados presentes –18 en total– de las fracciones del PRI, PAN, PANAL, PES y PRD, aprobaron cambiar la sede para llevar a cabo la sesión ordinaria. Escoltados por la Policía Estatal, los legisladores locales se trasladaron desde la Torre hasta la puerta trasera del recinto para abordar un camión antimotines, el cual los llevaría hasta la nueva sede donde se desarrollaría la sesión.
