Desde la implementación del Plan Marshall impulsado por Estados Unidos para la reconstrucción de los países europeos que habían quedado devastados por la guerra, en un gesto de talla moral internacional que replanteó la solidaridad humana como epicentro del poder político internacional en un nuevo orden, los esfuerzos internacionales en materia de colaboración se han estrechado y en estos momentos es la Unión Europea la que se ha acercado a Latinoamérica para crear un nuevo “Plan Marshall”.
La humanidad mira desde el esplendor de la ciencia que su desarrollo y progreso se sobrepone a las vicisitudes de la guerra o los desastres naturales, porque su fortaleza se encuentra en hacer del intelecto la herramienta de entendimiento que rompe las fronteras y hace de la humanización del conocimiento, el prototipo del entendimiento significativo entre las naciones, los pueblos y los seres humanos.
En esta lógica de un plus en la humanización internacional, la Unión Europea se ha acercado a los países latinoamericanos en la búsqueda de trazar un nuevo vector de desarrollo que contempla la autonomía estratégica de economías emergentes de países en vías de desarrollo que sufrieron de manera significativa una pandemia para la cual el mundo no estaba preparado y que hoy visualizan en la cooperación internacional una ventana de esperanza genuina, posible y solidaria.
Estas condiciones se estructuran para que el tejido social de América Latina, donde la pobreza ha generado cadenas demográficas que atentan contra su desarrollo, así como de concentración de la riqueza, genere una inédita autonomía de desarrollo, al tiempo que su planta productiva se concentre en las potencialidades geoeconómicas de sus productos naturales y una industria de transformación que redimensione su productividad en un ámbito de mayor equidad y justicia social.
Estas condiciones descritas demuestran que cuando la voluntad política se centra en la cooperación y solidaridad de metas, se trazan caminos de libertad social, porque la libertad se encuentra en brindar oportunidades a los seres humanos que les permitan hacer de sus vidas el encuentro solidario y fraterno con el cual el espíritu del estado de bienestar hizo posible no sólo la reconstrucción europea desde el Plan Marshall, sino que dio el salto cualitativo que puso al hombre en la Luna.
Hoy, la humanidad es resiliente de una pandemia y ha entendido que somos mucho más fuertes unidos; que podemos hacer de la ciencia la conciencia cierta de nuestro cometido de búsqueda de la felicidad en la hermandad internacional, porque estamos conscientes de que el camino se traza en la comunión y no en la desunión, este es el ejemplo de nuestra evolución que va más allá de los artefactos que creamos, porque en ellos se condensa el prodigio del intelecto humano.
Debemos multiplicar los ejemplos de unión y colaboración entre las naciones, debemos comprender que somos eslabones de una cadena evolutiva que nos ha permitido trascender al desencuentro, a la guerra, el hambre o a las epidemias, porque nada doblega al intelecto humano.
El ataque a la pobreza global de esta iniciativa de la Unión Europea cubrirá una inversión, en un primer momento, de 9,500 millones de euros o 10,200 millones de dólares que se adhieren al Plan Digital UE-ALC (Unión Europea-América Latina y el Caribe).
¿Qué lección histórica nos deja este tipo de acuerdos internacionales? La respuesta es clara: cuando las potencias en colaboración con los países de economías emergentes construyen programas de cooperación internacional, la humanidad trasciende en su inteligencia y solidaridad, creando esperanza orgánica desde los instrumentos políticos y económicos que estrechan los lazos de entendimiento y armonía social, como productos de una evolución humana guiada hacia el progreso social.
Fuentes:
CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) 2018.
EU-LAC Fundación 2015.
Título V (acción exterior de la Unión) del Tratado de la Unión Europea (TUE); — Títulos I a III y V (política comercial común; cooperación al desarrollo y ayuda humanitaria; acuerdos internacionales) del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (TFUE).
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
