El litio y las energías limpias

La humanidad está a tiempo de corregir el rumbo y no seguir depredando el ecosistema, por lo que el litio y todas las posibilidades que abre es el futuro de la ciencia aplicada a la vida diaria.

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Por: Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.

En la cuarta revolución industrial de la cibernética, el litio se ha convertido en la nueva ventana de exploración científica hacia la depuración de la energía para iniciar una era donde no sólo las condiciones de desarrollo económico son importantes, sino también cómo llegamos a ellas preservando la biodiversidad y los ecosistemas.

Las reflexiones científicas y sociales hacia las energías limpias que sustituyan los graves daños que han causado hidrocarburos, carbón e inclusive la energía atómica al planeta, y concretamente a la vida humana, han creado una conciencia sustantiva a nivel internacional que ha movilizado a las mentes más brillantes para crear alternativas de coexistencia entre desarrollo económico y preservación del medio ambiente, por citar algunas, el protocolo de Kioto y los acuerdos de París.

El litio, que ha cobrado gran notoriedad por su uso industrial ligado a la generación de baterías y conectores para el desarrollo de automóviles y máquinas-herramientas que tendrán un soporte eléctrico, ha iniciado una revolución de ideas que apoyan la cuarta revolución industrial de la cibernética, cuya automatización ya genera cadenas de valor que han incidido en nuevos rubros de oportunidad y capilaridad económico-social, al grado que los teléfonos móviles son la esencia de múltiples dinamismos de mercados, desde Wall Street hasta las minas de oro en Brasil.

El trazo lógico de las energías limpias estriba en quitarle presión a la explotación y producción del planeta, lo cual es imprescindible para que nuestra especie no sólo se preserve, sino que haga del ecosistema el valor supremo de la humanidad.

Pensemos en nuestras actividades cotidianas, desde bañarnos o tomar el desayuno desde la cibernética y las energías limpias. La cuarta revolución industrial no sólo facilita la coexistencia de las energías limpias con la automatización de procesos, la apertura dinámica hacia una vida con respuestas de bienestar mayor, sino también creará nuevas conductas y roles sociales que disminuirán el estrés de las personas en las grandes ciudades y en todos aquellos lugares donde las faenas de trabajo habían creado anomias psíquicas, lo cual es un tema fundamental de la salud mental de los seres humanos.

Nada de lo que podamos pensar en este vertiginoso cambio social a través de la ciencia aplicada que busca alternativas energéticas para preservar el planeta puede ser visto de manera aislada; los elementos tocados en este artículo sobre la interrelación de las energías limpias en la construcción de una ciencia ágil y de cambio estructural de los procesos productivos también debe ser visualizado desde los cambios sociales donde, si logramos reducir el estrés del ecosistema vía la producción y vida social, también habremos de reducir el estrés de las sociedades en el orbe, evitando pandemias y descomposición social.

Desde luego que el hecho de haber planteado el desarrollo de energías limpias ha causado conmoción en las zonas productivas y sectores empresariales que funcionan con energías no limpias, pero algo queda claro: nos encontramos en una transformación cultural, por lo que el costo-beneficio de preservar el medio ambiente generará muchas más ganancias al desarrollo industrial en el mediano plazo, el litio y sus cadenas de valor son una vedad inconmensurable de esta realidad.

Hoy, infinidad de hombres de empresa y organizaciones productivas a nivel internacional se han sumado a la transformación de la cuarta revolución industrial, donde la armonización de la automatización productiva y de la vida en general comienza a coexistir con las nuevas energías limpias que soportarán, potencialmente, la vitalidad de la humanidad que ha aprendido una gran lección: ni la economía ni los modelos de negocios sustituyen el valor de la vida humana.

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Por: Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.


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Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.