Fayad y Sosa, los menos importantes

Durante varios días se ha colado el tema del adeudo millonario por parte del gobierno del estado a la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), en primeras planas de la prensa pero también como tema obligado en diversas mesas que analizan afanosamente todos los detalles del escenario político.
Hay teorías infinitas sobre los motivos que tiene Gerardo Sosa Castelán, presidente del Patronato Universitario, para abordar una actitud agresiva y hasta intolerante con la postura gubernamental: algunos hablan de la presión para lograr jugosos acuerdos debajo de la mesa de negociaciones, la eterna búsqueda de Sosa Castelán por una curul, el intento de proyectar a Adolfo Pontigo para ser candidato, los vínculos con Francisco Olvera, hasta un simple escenario mediático como distractor –la conspiración por sospechosismo que no puede faltar en ninguna charla de café-.
Diariamente se dibujan escenarios o posibilidades diversas alrededor de la postura universitaria, que además han hecho recordar la época de los porros de la FEUH, así como la constante represión que -dicen- se siente al momento de tocar el tema, pues aunque existe, quieren negarlo.
Pese a todo intento, el pasado de delincuentes y delitos de la UAEH sigue presente en las pláticas cotidianas de los pachuqueños, en la memoria y en diversos medios que lograron describir el escenario en su momento.
Sin embargo, el punto medular no son Gerardo Sosa ni la FEUH, ni las autoridades universitarias o sus vínculos, se trata de los estudiantes que alberga la máxima casa de estudios de Hidalgo.
A los universitarios que intentan movilizar a una marcha el 23 de agosto con la finalidad de protestar por la falta de pago de un adeudo que ya se acordó pagar y que ha sido retrasado por la deplorable situación financiera del estado, heredada por la administración anterior que ha impedido al Gobierno de Hidalgo realizar ciertas políticas que involucran presupuesto del que no pueden disponer porque no existe; otra cosa sería si se contara con dichas cantidades.
A propósito del tema, esta situación financiera precaria del estado fue observada por diversos personajes que nunca protestaron ni sintieron queja alguna, se dice que por los millonarios contratos que la administración anterior tenía con ellos Tal vez entre estos personajes podría nombrarse a quien hoy busca movilizar estudiantes con falsas banderas de justicia social.
Los estudiantes no están poniendo en la balanza que la protesta se realizaría el día que acuden al estado cientos de personajes de talla nacional e internacional, con lo que se pretende generar mayores inversiones económicas en el estado, que en un futuro podrían abrir espacios para que en cuanto egresen de la UAEH tengan la posibilidad de obtener un empleo que requiera su perfil académico, cuestión por demás difícil en el estado.
Se está perdiendo de vista que el gobernador ha buscado generar ofertas de empleo en diversos campos, razón por la cual se redujeron los espacios en la administración estatal, pues rezaba el dicho coloquial en Hidalgo: “Todos quieren trabajar en gobierno”, lo que ocasionaba listas extensas de gente inoperante que acudía puntualmente a cobrar mientras se dejaban de lado prioridades de la función pública.
Los estudiantes deben sopesar que su asistencia es precisamente una protesta para pedir que regresen los viejos modos de gobierno donde la corrupción impera, donde el chantajismo y la extorsión marcan el ritmo de la entidad, así como la solicitud por una decisión personal de quien no representa sus intereses en lo más mínimo.
A decir verdad, sería un momento idóneo para que decidieran formar un frente suficientemente fuerte para destituir autoridades morales que no han generado políticas benéficas para ellos, pues tan sólo en una oportunidad tan grande prefieren generar una imagen caótica que al final cerrará las puertas de la comunidad universitaria, que el día de mañana podría verse beneficiada de las políticas públicas que hoy el gobernador está instituyendo.
Lamentablemente vemos cómo pasan los días y se genera una campaña mediática que pretende manipular a los estudiantes con la finalidad de sacar provechos personales, aun a costa de oportunidades.
Por otro lado, el pago solicitado tan airadamente por ser necesario para dar continuidad a diversos servicios escolares resulta un truco publicitario, pues es bien sabido que la UAEH no vive “al día”; muy al contrario, se permite lujosos gastos que cubren viajes universitarios de hijos de funcionarios, el mantenimiento del edificio del CEUNI, un costoso equipo de basquetbol que no aporta ningún beneficio, costosas instalaciones de sus órganos de administración, altas nóminas en las que aparecen desde choferes hasta familiares, o bien las exorbitantes cantidades que destinan al pago de ciertos funcionarios.
Es decir, que la solicitud del pago del adeudo para condicionar servicios escolares parece algo fuera de lugar, pues además durante décadas la Universidad ha dejado en último plano el beneficio de la comunidad estudiantil y tampoco ha transparentado sus finanzas.
Así es como los estudiantes son quienes juegan el papel principal en esta ocasión ya que, sin saberlo siquiera, están decidiendo gran parte de su futuro a beneficio o en detrimento.