Fidel, un hombre universal

Fidel Castro siempre estará vigente en la lucha de la humanidad por haber transformado a la sociedad capitalista y avanzar al socialismo. La virtud de Fidel, entre otras, fue su capacidad de interpretar la realidad histórica de su país y ponerse a la vanguardia de sus transformaciones; pero además, entender el contexto histórico en el que se desenvolvía la Revolución Cubana y los cambios internacionales, para sumarse a las fuerzas progresistas de la humanidad, luchar contra el colonialismo, el neocolonialismo y el imperialismo.

Los revolucionarios de los países de Asia, África y América Latina y el Caribe, siempre tuvieron en él y la Revolución Cubana una mano amiga y un hogar para curar sus heridas. ¿Cómo se podría entender la liberación de los pueblos de África y Asia, sin Cuba, sin su Revolución, pero sobre todo, sin Fidel? ¿Acaso la historia de Sudáfrica, de Angola, de la actual República Democrática del Congo (el Zaire Belga), Cabo Verde, Mozambique, el Sahara Occidental, entre tantos otros países, pueden suprimir de sus páginas la presencia de Cuba y de Fidel en su lucha de liberación nacional?

Será imposible que lo hagan, porque gracias a Fidel, Cuba no sólo contribuyó  a la formación de combatientes, sino que muchos cubanos combatieron por su liberación en los campos de batalla primero, y luego en la formación de miles de profesionales para reconstruir sus países.

Fidel ha trascendido más allá de la Sierra Maestra; su ejemplo y sus ideas son parte de la humanidad. Fidel ha dejado de ser cubano para convertirse en un hombre universal como lo son Saint-Simon, Charles Fourier, Robert Owen, Karl Marx, Federico Engels, Vladímir I. Lenin y tantos otros ideólogos como Ho Chi Min en Asia, que han entregado su vida a buscar un mundo mejor.

Fidel ha pasado a formar parte de esos hombres convencidos de que existe un mundo mejor para los seres humanos, lejos de la pobreza, de la miseria, de la explotación y la segregación racial; él fue capaz de diseñar un modelo de desarrollo posible que, sin el bloqueo, se puede replicar exitosamente con voluntad política y el respaldo del pueblo, respetando las particularidades y nivel de desarrollo de cada país.

Es absurdo basar las críticas a Fidel y juzgarlo por el comportamiento de sus hijos, de su descendencia; al igual que lo es calificarlo de dictador sin conocer las bases de un gobierno popular instaurado en Cuba. A Fidel hay que juzgarlo por su transparencia, coherencia y consecuencia para llevar a la práctica sus ideas y actuar de acuerdo a ellas.

Fidel no propuso tomar las armas para derrocar a un tirano que ultrajó su patria, él las tomó y estuvo siempre en la primera línea de fuego en el asalto al Cuartel Moncada en 1953, en el desembarco del Granma en 1956, en la Sierra Maestra y hasta el triunfo de la Revolución en 1959; en la invasión de Playa Girón y la defensa de la soberanía de Cuba en 1961 y a lo largo de su vida al frente del gobierno de su país.

Fidel ha muerto, pero no sus ideas. Desde ahora, sus ideas y su práctica, su experiencia sobre la construcción del socialismo, han trascendido más allá de las fronteras de Cuba; en África, en Asia y en América Latina los gobiernos progresistas que han llegado al poder una y otra vez han recapitulado la experiencia cubana, han intentado seguir los pasos de Fidel.

Desde antes de la muerte de Fidel, su pensamiento revolucionario, su visión sobre la construcción del socialismo, era ya un legado para los revolucionarios y para los millones de hombres y mujeres que luchan en el mundo por una sociedad más justa. La visión sobre la construcción del socialismo y el internacionalismo de Fidel, a lo largo de los últimos 50 años, ha llevado a los soldados cubanos a unirse en la lucha contra el colonialismo en Asia, África y América Latina, pero también esas fuerzas se han transformado en médicos, profesores y profesionales que han llevado la ayudar a muchos países.

El 75% de la población cubana nació durante los años de Revolución, pero gracias a ello lograron nacer en una clínica o en un hospital, tener atención médica y garantizados sus estudios, desde la guardería infantil hasta la universidad, un trabajo seguro, acceso a la cultura y al esparcimiento, algo que en el mundo millones de hombres y mujeres no tienen.

Pero lograrlo no ha sido fácil. Como lo señaló Fidel, la Revolución no sería fácil y construir el socialismo implicaría grandes sacrificios con el bloqueo económico de Estados Unidos, pero gracias a ello hoy Cuba tiene un nivel de desarrollo y bienestar como cualquier país, y sin el bloqueo, en algún momento, será una potencia.

El desarrollo de Cuba ha estado marcado por el estrangulamiento del bloqueo económico, de la Revolución y sus avances; durante más de 50 años los cubanos han enfrentado el bloqueo que les ha imposibilitado comprar maquinaria y equipos, repuestos, medicamentos, alimentos y muchas otras mercancías que habrían mejorado sustancialmente su vida, bajo la lógica de presentar a la Revolución y al socialismo como un modelo inviable y culpable de las limitaciones económicas, de la penuria que han tenido que enfrentar miles de familias.

Pero, ¿cuánto más puede permanecer el bloqueo? Cuando todos reconocen el papel histórico a favor de la humanidad de Fidel y el prestigio de Cuba crece día a día, gracias al bienestar alcanzado por la mayoría del pueblo cubano, por su sistema de salud, de educación, de seguridad social.

Fidel ha muerto, pero continuará vivo en tanto sus ideas sigan vigentes y haya quienes luchen con ellas para transformar el mundo actual.

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Por: José Luis Ortiz Santillán

Economista, amante de la música, la poesía y los animales. Realizó estudios de economía en la Universidad Católica de Lovaina, la Universidad Libre de Bruselas y la Universidad de Oriente de Santiago de Cuba. Se ha especializado en temas de planificación, economía internacional e integración. Desde sus estudios de licenciatura ha estado ligado a la docencia como alumno ayudante, catedrático e investigador. Participó en la revolución popular sandinista en Nicaragua, donde trabajó en el ministerio de comunicaciones y de planificación. A su regreso a México en 1995, fue asesor del Secretario de Finanzas del gobernador de Hidalgo, Jesús Murillo Karam, y en 1998, fundador del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.


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CONTEXTO ECONÓMICO GLOBAL - José Luis Ortiz Santillán

Economista, amante de la música, la poesía y los animales. Realizó estudios de economía en la Universidad Católica de Lovaina, la Universidad Libre de Bruselas y la Universidad de Oriente de Santiago de Cuba. Se ha especializado en temas de planificación, economía internacional e integración. Desde sus estudios de licenciatura ha estado ligado a la docencia como alumno ayudante, catedrático e investigador. Participó en la revolución popular sandinista en Nicaragua, donde trabajó en el ministerio de comunicaciones y de planificación. A su regreso a México en 1995, fue asesor del Secretario de Finanzas del gobernador de Hidalgo, Jesús Murillo Karam, y en 1998, fundador del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.