Frente amplio…de traidores

Como advirtieron Daniel Bell y Fukuyama, “la historia, como pugna de ideologías, ha terminado”. Quizá con este epitafio será recordado en una oxidada placa la fecha del 5 de septiembre de 2017. Este día el binomio Acción Nacional y  Revolución Democrática (PAN y PRD), dos partidos con posturas aparentemente irreconciliables, apostaron por el pragmatismo y la mercadotecnia política, y así, con particular arrogancia, vomitaron los principios ideológicos y bailaron un jarabe tapatío sobre los documentos fundacionales para conformar con la complicidad de un (chiqui) partido emergente, Movimiento Ciudadano, una sui géneris coalición de fuerzas en un bloque opositor al que bautizaron como “Frente Ciudadano por México”.

La idea, por supuesto, no es nada original, ya habían copulado perredistas zurdos y panistas diestros al convertirse en coalición en entidades como Sinaloa y Oaxaca, por mencionar algunas. Lo dramático del acuerdo signado es que precisamente con el cinismo que caracteriza a la ex líder de las aeromozas y al baby face blanquiazul, fue en el escritorio, sin mayor consulta a las bases de sus respectivas fuerzas, como decidieron institucionalizar el frente amplio por un plazo de seis años. De esta forma, blindaron cualquier tentativa de romper este pacto de sangre, decidieron formalizarlo para todos los procesos electorales que se generen en un sexenio, incluida la madre de todas las elecciones: la presidencial.

Para nadie fue sorpresa, más bien era un strike cantado, inevitable: la desbandada de integrantes del sol azteca, incluido el respetable profesor, René Bejarano, mejor conocido como el Señor de las Ligas, y la finísima Dolores Padierna. Ellos, como los que se acumulen esta semana, piden como hijos pródigos refugio al iluminado de Macuspana para obtener en el generoso manto del tabasqueño una renovada oportunidad por llevar a la praxis un gobierno Moreno, distinto, en favor de las mejores causas, la de los pobres, de los desposeídos, de los jodidos. Así, la dirigencia perredista, o lo que queda de ella, no iba quedarse con los brazos cruzados y perder el registro por falta de integrantes, no sea que en una de esas ni siquiera alcancen el mínimo del 1.5 por ciento, y pierden las jugosas prerrogativas del INE.

Por su parte, los azules, desesperados por recuperar la silla presidencial, mandaron al incinerador los documentos fundacionales en el que Manuel Gómez Morín (primer presidente del PAN), precisamente inconforme con la política nacionalista y expropiadora del General Lázaro Cárdenas, genera una oposición contra los caudillos herederos de la Revolución Mexicana. Lo mismo hizo Alejandra Barrales, quien escupió la herencia del extinto Partido Comunista Mexicano, de Heberto Castillo, de Cuauhtémoc Cárdenas, de quienes despreciaron a muerte las tesis clasistas y conservadoras del panismo rancio. Estos paladines de la democracia, sin mayor pudor, decidieron olvidar la historia y constituir una sociedad para competir en los próximos comicios y todos los procesos en los que puedan ir juntos en los siguientes seis años. La realidad siempre supera la ficción, en esta ocasión los antagónicos adversarios demostraron que sí pueden postular una plataforma común con candidatos que garanticen $eguir en el presupuesto del INE.

Ya, decididos a salir del clóset, la triada más amorosa integrada por Alejandra Barrales, Ricardo Anaya y Dante Delgado tendrá la tarea de conciliar quién será “el elegido” del naciente Frente Ciudadano por México.

Dada la disparidad de fuerzas que acompaña a cada partido, la marca Acción Nacional es la que aporta más votantes, y el que más se arriesga en esta coalición. El escenario más probable es que sea el propio Ricardo Anaya, el político con más presencia en los spots de televisión, la opción más fuerte para la presidencial; por su parte, en las filas del PRD apostarían por sumar la débil fuerza de Acción Nacional para mantener, con un candidato, la jefatura de gobierno en la capital. El problema es que a los del sol azteca les quedan pocas figuras para alcanzar alguna oportunidad, de ahí la negociación en lo oscurito que realizan con Ricardo Monreal, el hijo desobediente de AMLO que no acepta su derrota interna en Morena con Claudia Sheinbaum, es decir, el zacatecano sería el bateador emergente y Anaya el cuarto bat del naciente bloque opositor. De Movimiento Ciudadano sólo habrá que advertir que irá por las migajas, las sobras, como acostumbra el partido del caudillo Dante: asegurar el registro y negociar algunos puestos menores.

La espera terminó. La disputa por el generoso sistema electoral que reparte al por mayor espacios en el Congreso, alcaldías y fundamentalmente la Presidencia, impulsarán la imaginación de acciones novedosas, traiciones y pragmatismos; éste será un juego que estamos seguros llegará a los extrainnigns. Hagan sus apuestas, ni siquiera el mejor de los encuestadores sabe quién ocupará la silla presidencial, menos aún quién llegará a los otros cargos y escaños. Panistas, perredistas y dantistas ya hicieron su primera jugada, ahora veremos la reacción de los estrategas de este deporte que acaba con reputaciones y aplasta convicciones ideológicas. Al menos esta vez los del Frente dieron su primer hit, aunque de esos de pena ajena, los llamados Texas, que los duchos de la crónica llamaban podriditos, como los principios de  sus dirigentes.

 

ÚLTIMO APUNTE

Agradezco la reinserción en el equipo Effetá por parte del coach, Adalberto Peralta. Prometo dar mi mejor desempeño y buscar en todas las entregas el cuadrangular.

Por: Mario Ortiz Murillo

Por vocación sociólogo, de placer periodista. Soy un adicto enfermizo a las buenas y malas películas, especialmente las de culto (para mí). Me considero plural y lucho, desde mi humilde tribuna, en el aula y en la prensa por promover la tolerancia. Fiel seguidor de los Pumas, el mejor equipo de México y de la mejor institución del mundo, la UNAM. Aunque mi verdadera pasión no está en el deporte de las patadas sino en los batazos y las atrapadas. El rey de los deportes, según mi filosofía, debería convertirse en el deporte nacional y mundial por decreto de la ONU. Cuando esto ocurra, prometo jubilarme y dedicarme a bolear zapatos y arreglar bicis.


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TRES BOLAS Y DOS STRIKES - Mario Ortiz Murillo

Por vocación sociólogo, de placer periodista. Soy un adicto enfermizo a las buenas y malas películas, especialmente las de culto (para mí). Me considero plural y lucho, desde mi humilde tribuna, en el aula y en la prensa por promover la tolerancia. Fiel seguidor de los Pumas, el mejor equipo de México y de la mejor institución del mundo, la UNAM. Aunque mi verdadera pasión no está en el deporte de las patadas sino en los batazos y las atrapadas. El rey de los deportes, según mi filosofía, debería convertirse en el deporte nacional y mundial por decreto de la ONU. Cuando esto ocurra, prometo jubilarme y dedicarme a bolear zapatos y arreglar bicis.