Las historias sobre el holocausto judío desde un punto de vista infantil ya habían sido tratadas en filmes como el espléndido “Adiós a los niños”, de Louis Malle, pasando por las más modernas: “La vida es bella”, de Roberto Begnini, o “El niño con el piyama a rayas”, de Mark Herman.
Ése es el tema principal de “Un saco de canicas”, un filme de Christian Duguay basado en guión de Jonathan Allouche sobre un best seller de Joseph Joffo, que narra la historia de Joseph (Dorian Le Clech), el más pequeño de una familia judía encabezada por Roman (Patrick Bruel), su esposa Anna (Elsa Zylberstein) y sus cuatro hijos. Para tratar de protegerlos de la ocupación nazi y ante el repudio de sus antiguos compañeros, manda a Joseph y a su hermano Maurice (Batyste Fleurial), que deberán sortear mil y un peligros para poder llegar a una zona segura. En el camino encontrarán la inesperada ayuda de sacerdotes cristianos, el doctor judío colaboracionista Rosen (Christian Clavier), y que pese a lograr reunir a la familia, se encuentra con que el avance nazi es incontenible.
El veterano realizador canadiense de “Coco Chanel” y “Scanners”, aunque se ha especializado en cintas infantiles televisivas como “La cenicienta” y “Remi y Sebastián”, hace un buen trabajo de ambientación y cuenta con buenas actuaciones de los pequeños, en especial la de Dorian Le Cleech, quien consigue momentos conmovedores que mantienen el interés de los espectadores durante sus casi dos horas.
Un sac de billes es un filme recomendable, y aunque no muy original, está bien hecho y tiene momentos conmovedores.
Por: Jorge Carrasco V.
Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Periodista activo desde 1981 en diversos medios. Especialista en temas internacionales, deportes y espectáculos. Autor de biografías sobre Pedro Infante y Joaquín Pardavé de Editorial Tomo.
