Impunes, 99% de los delitos en México

México de los lamentos. Así se sitúa en los ciudadanos un país donde la realidad es tan cruenta que la esperanza social se diluye ante autoridades que son simples espectadores del crimen que nos aqueja.

El 99.5% de los delitos en el país quedan impunes y la mayor parte de ellos no son denunciados por los ciudadanos porque el camino ante la justicia es tortuoso, incompleto y tardío, al grado de que prefieren una pérdida patrimonial, moral, psíquica y en ocasiones física, a tener que ir al viacrucis que implica ir con un ministerio público o, si es el caso, con algún juez.

La procuración de justicia en México es tan oscura que los ciudadanos en muchas ciudades han aprendido a coexistir en las lógicas de la delincuencia, saben qué lugares no deben frecuentar o los horarios en que no se deben frecuentar, qué cantidad de dinero deben llevar, inclusive si son asaltados para que el delincuente, encabronado por lo que traen, no les quite la vida, o bien, si se tiene automóvil por dónde y a qué hora no circular.

Está tan cabrona la insegura realidad en este país que muchas personas utilizan los celulares más baratos del mercado porque saben que pueden ser asaltados, llevan un reloj sencillo para no sufrir una pérdida mayor y las joyas son collares de plástico y pulseras de hilo tejido y en la mayor parte de los casos, ropa austera.
En el caso del robo a casa habitación, los vecinos que pueden usan cámaras de circuito cerrado, se unen con otros para hacer una mamada que se llama “vecino vigilante”, lo tacho de mamada porque si tuviéramos la seguridad idónea, ¿quién putas iba a estar mirando qué pasa en su calle?, aunado a la herrería y alambre de púas que hace de esas colonias un campo de concentración al estilo nazi.
De los taxis mejor ni hablar, son una moneda al aire, un albur, que en ciudades como la capital del país narran historias de secuestros, asaltos, violaciones y asesinatos que hacen que se te caigan los calzoncillos; son poco menos que escenas de películas gringas. Por ello los Uber son una receta dominguera, porque en ellos también la cosa es un volado, sólo que con nombre “Hola Juan, soy Gustavo”.

Hoy que casi está en libertad Javier Duarte, exgobernador de Veracruz, que hasta hace algunos meses era Ali Baba y sus cuarenta ladrones, y que la maestra Elba Esther Gordillo está clavándole los dientes a los políticos nuevamente, como dice la canción: ¿Adónde vamos a parar?

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Por: Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.






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CRONOS - Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.