La desbandada política ante la derrota

Los ataques de la oposición al gobierno de Julio Menchaca se encuadran en unas elecciones en las que Morena, todo indica, se llevará el “carro completo” en Hidalgo. Ante el Plan C, la cúpula del antiguo régimen salvará su diminuta cuota de poder gracias a las plurinominales, pero su estructura militante sufrirá el abandono.

El segundo debate presidencial marcará el viaje sin retorno del antiguo régimen.

Las declaraciones aliancistas de la vieja guardia política se suceden en contra del actual gobierno de Julio Menchaca. La arena de la oposición política en Hidalgo, extraviada en el proceso electoral, afianza sus acusaciones de descrédito al Poder Ejecutivo, intentando causar desconcierto y miedo en la ciudadanía, en un momento de delirio social frente a la crisis del agua y al impasse de las Rutas de la Transformación ante la veda electoral; condición que ha sido repelida por el secretario de gobierno, Guillermo Olivares.

Empero, ¿qué esconde este virulento ataque reactivo a la administración de Julio Menchaca?

La respuesta es lineal. Se trata de una desbandada política de la oposición que, en su huida, intenta arrasar lo construido en un año y medio de administración morenista para tratar de debilitar el ascenso del carro completo” que ya presenta lógicas de intención de voto en favor de las y los candidatos guindas en Hidalgo.

El naufragio de la oposición del antiguo régimen en Hidalgo ha fragilizado su retórica y activismo político, faltando más de un mes para los comicios del 2 de junio. Esta cuestión, marcada por la inestabilidad en sus filas y estructuras partidistas, las cuales se encuentran en un franco proceso de desbandada política, obedece a que las cúpulas del PRI, PAN y PRD, aunado al reblandecimiento de la relación de los partidos satélites de alianza con Morena, obstruyen y aminoran las probabilidades para entrar en negociaciones políticas de cara al próximo gobierno de Claudia Sheinbaum.

La defección política y migración hacia las filas oficiales de militantes del antiguo régimen habrá de experimentar un panorama incierto, porque el margen de negociación y capital político, una vez empoderado el proyecto de Morena y bajo la hipótesis -nada ilógica-, de lograr una expansión en su presencia geopolítica en el país; conseguirá la mayoría calificada en el congreso federal, así como en los locales, (Plan C de la 4T), que amenaza con desterrar cualquier signo del antiguo régimen.

Si ante el ascenso de López Obrador a la Presidencia de la República le hubieran preguntado a más de algún político del antiguo régimen si peligraba la pervivencia de su modelo político, que se impuso por décadas, seguramente, la respuesta habría sido la misma: ¡no!, este viejo populista tiene las horas contadas.

El cisma político de la oposición de la vieja guardia de Hidalgo toma tintes dramáticos. Su cúpula salvará en las plurinominales una cuota diminuta de poder, mientras sus estructuras militantes experimentarán el abandono de la cúpula política, la cual tendrá que instaurar una renovación de sus lógicas de militantes y de conducción social. Trazo que ya viene precedido e impuesto por los estragos de las élites económicas que están detrás de los entretelones políticos del país y que perciben la debacle en la continuidad de Morena.

El análisis que debe estar realizando la oposición sensata es: ¿hasta qué punto el gobierno de Claudia Sheinbaum será capaz de profundizar las reformas y programas sociales que desarrolló López Obrador?, y ¿cuál es el capital político con el que contará después de la debacle del 2 de junio, para hacer frente al Armagedón guinda?

La desbandada política ante la derrota ya inició. Ahora, vienen los contrastes de las sombras y apetitos de sus fuerzas en abandono político.


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