LO QUE SEA DE CADA QUIEN. David Penchyna, bien recibido en casa

Redacción

El salón Veravia de Pachuca fue el lugar donde se montó un importante dispositivo de seguridad para cuidar la firma de convenio entre el gobierno de Hidalgo y el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores. El nombre corto: “Familia Infonavit”.

Regresa al estado uno de los priistas que han logrado escalar en la vida política nacional, el titular de dicho organismo, David Penchyna Grub, quien se encuentra rodeado de un montón de alcaldes, funcionarios y representantes de agrupaciones empresariales, entre otros.

De público tiene a más de mil personas, entre acarreados, representantes de medios de comunicación y beneficiarios del Infonavit. Son muchas familias con niños que se aburrieron hace tiempo y el protocolo no tiene ni para cuándo empezar. Incluso, dos pequeños ajenos al evento de los señores trajeados juegan futbol en el jardín con una lata de refresco que hace las veces de balón, con una portería improvisada a partir de basura.

Adentro es tiempo de que algún funcionario haga uso de la palabra, y mientras habla al micrófono, el gobernador Omar Fayad intercambia algunas frases con Penchyna, tal vez recuerdan los tiempos en que ambos eran senadores y todos los borlotes políticos que armaron en su paso por el puesto.

Llega el momento de la firma del “Convenio marco de coordinación y colaboración para el fomento y mejoramiento de la vivienda en el estado de Hidalgo”. Ambos priistas hacen su garabato personal y enseguida levantan por todo lo alto el recién parido convenio, mientras los presentes salen de su sopor para sumarse a los aplausos.

Luego hacen pasar a algunos de los beneficiarios en representación de los otros miles que han recibido algún apoyo del instituto. Fayad y Penchyna estrechan las manos de cada uno de los recién pensionados, o que reciben las escrituras de su casa, o el documento de terminación de su hipoteca. Ellos sonríen con esperanza, pues han logrado quitarse de la espalda la pesada piedra del pago al Infonavit. Otros más reciben el otorgamiento de su crédito, y también sonríen, porque aún no se las ven difíciles para cubrir su cuota ante el instituto, y tal vez nunca les pase, pero en este país nunca se sabe.

Después entregan reconocimiento a los representantes de las llamadas “Empresas de 10”, por su destacada labor en el trato a los trabajadores y su puntualidad al cumplir sus obligaciones: Atento, Bombardier, Fritos Totis, etcétera.

Ahora toca el turno de Penchyna para tomar la palabra. Es el único que no viste saco, solamente su camisa blanca, casual, cómoda. Afuera, uno de los niños futbolistas se prepara para el disparo de su vida; el otro está listo para hacer una atajada que pase a la historia.

David Penchyna describe de qué se trata el organismo que encabeza, la importancia de las aportaciones de los empresarios y trabajadores, y afirma que todo el flujo de dinero que se recibe va al otorgamiento de los créditos a los empleados, por eso “el Infonavit es de los trabajadores”. Luego habla de que con este convenio se debe perseguir el mismo objetivo: generar condiciones para que haya más y mejores viviendas en Hidalgo, para que los trabajadores tengan un hogar digno.

También habla de que cada día el organismo entrega mil 500 escrituras en todo el país, que diariamente se regresan más de 60 millones de pesos de ahorro a pensionados; “muchos no saben que tienen su dinero ahí guardado en el Infonavit, independientemente de su Afore”, subraya.

Entre los espectadores, algunos dormitan discretamente, llevan un par de horas ahí sentados, primero esperando el inicio y ahora que acabe el evento. Pero aplauden cuando Penchyna termina su mensaje. Ahora es turno de Omar Fayad, quien abre su discurso diciendo: “No le puedo dar la bienvenida porque esta es su casa, él es de aquí”, para después ponerse a platicar sobre el convenio y todos los beneficios y sobre el gusto que le da que quien encabeza dichos esfuerzos “sea un hidalguense talentoso y conocedor del tema”. El gobernador se pasea entre los que integran el presídium y cerca de las familias asistentes, mientras habla de las acciones de su gobierno, acciones para esto y acciones para aquello.

Decenas de presentes ignoran el mensaje, se levantan de sus lugares y se dirigen a un extremo del salón, donde tendrán que firmar algún documento y antes de que acabe el protocolo quieren agarrar un buen lugar. Afuera, los niños futbolistas no juegan más, el sol intenso no se los permite y mejor se han sentado en donde hay sombra. Adentro, Fayad sigue hable y hable.