Apago el despertador y abro los ojos con la pereza propia del letargo de las vacaciones, grito y entro a la ducha, el agua caliente no me calienta y pienso en la perra realidad que nos espera para este 2019, sin que nada ni nadie parezca intervenir en el negro panorama que se avecina a nivel internacional.
No es pesimismo, es optimismo de la inteligencia, debo calcular como lo hace la mayoría el desenvolvimiento de mis gastos, los tiempos y movimientos del trabajo y de mis relaciones sociales, me pregunto ¿qué putas hago en las mismas inercias sin poder planificar algo distinto, ya que muchas de las cuestiones que emprendo no dependen de mí?, la respuesta es obvia, la realidad no se mueve ni se hace posible por impulso propio, la mayor parte de las veces se presenta por lo que quieren los demás y lo que hacen los demás, estoy preso de las circunstancias sociales.
Lo pendejo del caso son las posturas ciegas y casi omnipotentes que sostienen muchos cuando admiten que el futuro lo hacen ellos, que todo depende de la voluntad, el empeño y la buena disposición, mamadas que a fuerza de experiencia sabemos que en pocos o minúsculos casos son verdad.
La pregunta cabrona estriba en ¿cómo construir el futuro o planificarlo a partir de las propias condiciones de cada persona?, tengo la receta lógica y te la regalo.
En primer término sin masturbaciones mentales, evalúa que está en tus manos hacer o realizar, no asumas lo que no puedes construir ni hagas cuentas alegres, lo que está en tu dominio pocas veces alguien lo puede alterar, por lo tanto muévete en esa dirección.
Lo contundente, debes -si quieres alterar el rumbo- tratar de romper las lógicas que te hacen daño, Einstein decía que si deseas resultados diferentes debes hacer cosas distintas, la rutina que no refresca la mente y el cuerpo te madrea. Platica de otras cosas, interésate por lo que no conoces y planifica a corto plazo; aquí entra la motivación de metas alcanzables que bien puedes emprender.
Por último, atrévete a ser bondadoso con quien nunca lo fuiste y mezquino con quienes lo merecen, no seas tan conveniente o diplomático, la “Ley del Mazazo” es siempre eficaz para sacudirte de las pendejadas y pendejos que te obstruyen, esto es importante, no se trata de ser odioso pero tampoco pusilánime.
Baruj Hashem
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
