Porros vestidos de seda

Ayer causó gran revuelo la conferencia de prensa que ofrecieron Gerardo Sosa Castelán y su patiño, Adolfo Pontigo Loyola, quien ganó su puesto como rector universitario a base de golpes y no de suerte.

Resulta que “los pensantes” salieron muy enojados a decir que están siendo víctimas del aparato gubernamental, porque la honrada encargada de cuidarles las finanzas fue detenida “arbitrariamente” tras un accidente en su auto, en el cual transportaba un millón 400 mil pesos en efectivo.

Por supuesto que Gerardo Sosa salió a declarar inmediatamente que se trataba de dinero para pagar a albañiles que estaban trabajando en obras de infraestructura universitaria, lo cual no sólo suena descabellado y falto de lógica,  sino que a “los pensantes” no se les ocurrió una mejor excusa.

La realidad es que la Sosa Nostra quiere ganar Tulancingo, pues piensa que ahí tiene una posibilidad de entrada porque ha “trabajado” la región desde hace un tiempo y es que de ahí es originario el porro de porros.

Por ello buscan repartir dinero a diestra y siniestra, pero ahora el dinero no era todo lo que llevaban: se infiere que la funcionaria tenía  en su poder credenciales de elector y demás documentos, es decir, andaba delinquiendo.

Su reacción no se hizo esperar: los universitarios mandaron a Agustín Sosa y hasta al sobrino para resguardar el dinero y demás; si había problema la respuesta era sencilla: golpear antes de que te golpeen, o sea, los porros al ataque.

Además de todo, sacaron a sus “activistas y defensores de derechos humanos” a mediatizar el tema, involucraron  a organizaciones de prestigio y renombre como “Artículo 19” para defender el aparato de compra de votos, es decir: les importó un bledo utilizar a la gente y robar su credibilidad.

Se pusieron el traje para presentar su defensa en conferencia de prensa, pero la realidad es que siguen incurriendo en las mismas prácticas de porros que en el pasado, siguen siendo traidores y oportunistas. Bien dicen que las etiquetas que se ganan en la vida no se quitan con perfume, porque los porros, aunque se vistan de universitarios, porros se quedan.