PRI, PAN y PRD, sin modelo político

La oposición se rehúsa a la creación de un nuevo modelo político y a las nuevas formas de representación de la realidad política, si no hace un alto en el camino y reflexiona sobre un cambio, el 2 de junio será su “noche triste”.

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Por: Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.

El paulatino y tortuoso desmoronamiento de PRI, PAN y PRD en Hidalgo en el proceso electoral y, específicamente en la realidad política de la nación, perfila cuestionamientos de forma y fondo sobre su carencia de un modelo político y, lo que es peor, la ausencia de un trabajo serio que proyecte su posible resurgimiento como partido para constituir una oposición verdadera.

 

En la narrativa política de Hidalgo, el bastión priista ha pasado a ser sólo una alegoría para aquellos que vivieron su esplendor, el cual, no era el esplendor del pueblo, sino la consolidación de una clase política que vivió a expensas del gobierno y que pavimentó negocios particulares como si se tratara de feudos territoriales bajo el predominio del caciquismo político.

 

Si miramos la radiografía de la clase política del antiguo régimen en Hidalgo, la consolidación de un esquema de parentesco sobresale. Las intrincadas conexiones de apellidos no son aleatorias, sino que responden a la lógica de alianzas de dominio político que se fueron extendiendo por más de nueve décadas y que aún persisten y subsisten en un feudalismo político que se niega a morir.

 

La subordinación política en Hidalgo creó un avasallamiento social en las lógicas, representación del imaginario colectivo y en la semántica de la clase política que provenía del antiguo régimen. Por ello, aún escuchamos en las conversaciones de la vieja guardia términos y frases como la caballada está flaca”, el que se mueve no sale en la foto”, carro completo; todas ellas, difíciles de romper y que denotan una reproducción hegemónica que es difícil de sacudirse, al menos en el lenguaje político, so pena de no ser entendido de manera coloquial.

Este escenario se agrava si se trata de explicar el deterioro del PRI, PAN y PRD en Hidalgo.

 

El análisis crítico de la debacle de los partidos del antiguo régimen, exhibe a todas luces la carencia y ausencia de un modelo político, capaz de construirse desde las nuevas formas de representación de la realidad política y la semántica de un lenguaje en transformación, porque el cisma causado en las lógicas de poder por López Obrador, ha trascendido no sólo en las estructuras del sistema político, sino también social; sin que lo notara, o bien, acusara aviso inteligente, la clase política del antiguo régimen.

 

La semántica de López Obrador fue pieza fundamental en su ascenso a la presidencia. Frases y términos como llate chachalaca”, la mafia del poder”, yo tengo otros datos”, primero el pueblo, hoy son parte del vocabulario de rechazo social a la política que protagonizó el antiguo régimen y se usan no sólo para hablar de política, sino también, como signo inequívoco para descalificar posturas sociales anquilosadas, viejas e invertebradas.

 

La paradoja es que la clase política del antiguo régimen, pese al vendaval que la mantiene sumida en proceso de extinción, se niega a plantear o discutir la creación de un nuevo modelo político; por el contrario, se sostiene en sus apetitos oscuros de herencia familiar, los mismos que caracterizan en Hidalgo sus apellidos, tratando de preservar el sistema feudal de servidumbre, cuando el capitalismo se construye en las rutas de la transformación de julio Menchaca.

 

El 2 de junio será la paráfrasis de la “noche triste” para la oposición, mientras que para la 4T, será la “noche alegre”, gracias a que la casta política del antiguo régimen en Hidalgo y la nación, no fue capaz de crear un nuevo modelo político.

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Por: Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.


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CRONOS - Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.