Simey, Carolina y Adriana

La lucha por el Senado es de vital importancia para Hidalgo. Simey representa la continuidad de la 4T, pero también los desencuentros internos de Morena; Carolina no puede dejar atrás la imagen del antiguo régimen; y Adriana se abre espacio gracias a una trayectoria de piso y proximidad ciudadana.

La recomposición política en Hidalgo ha generado en la disputa por la senaduría y sus vínculos de posicionamiento con el gobierno federal, una arena de reconversión que no admite la inexistencia de un proyecto social que no dé la lucha y cambie la cara de un estado, cuyas asimetrías sociales han degradado por décadas a la política y su clase gobernante.

 

La historia no ha sido cambiada hasta ahora en Hidalgo. Pobreza y desigualdad son las constantes en un estado, cuyos contrastes sociales han recrudecido los desencuentros sociales y la aparición, no reciente, pero sí creciente, de grupos delincuenciales que, al amparo de gobiernos a modo, han generado inestabilidad social.

 

Por ende, el proceso electoral concurrente y de magnitud nacional conlleva una gran oportunidad de cambio social. Condición en la que coinciden las candidatas a la senaduría Simey Olvera, Carolina Viggiano y Adriana Flores, en las que se han centrado las expectativas ciudadanas, bajo un esquema creciente de empoderamiento político femenino que ha culminado con la alternancia de género en las candidaturas en el país.

 

Más allá de los colores partidistas, la ciudadanía ha sido receptiva a las propuestas de las candidatas, tratando de entender el alcance de las mismas y proyectando el poder de manera personalizada, donde el poder y capital político de cada partido, pese a su peso específico, aún no inclina la balanza en la intención de voto, pese a que el partido guinda y su proyecto de transformación moviliza intensamente el escenario político en Hidalgo.

 

La trilogía política entre Simey Olvera, Carolina Viggiano y Adriana Flores tiene trazos distintos.

 

Simey Olvera

Representa el proyecto del partido hegemónico y genera una visión de continuidad en la transformación política de Hidalgo y la nación. Empero, su candidatura condensa los desencuentros internos en MORENA Hidalgo y pone en predicamento al equilibrio político de las arenas de los grupos de poder, que percibieron en su nominación, al igual que en la de Cuauhtémoc Ochoa, un esquema de imposición y verticalidad política.

 

Carolina Viggiano

No puede sustraerse al imaginario colectivo del antiguo régimen y la realidad de asimetrías sociales que han permeado su ascenso y declive en Hidalgo del bastión priista; realidad que le ha propinado un revés a su candidatura y no advierte que la correlación de fuerzas ciudadanas en este proceso político juegue en su favor.

 

Adriana Flores

Condensa una ruptura con la cúpula de poder del PRI y de Movimiento Ciudadano. Su ascenso es, a todas luces, el foco de reacción de la verticalidad del poder que ha primado en ambos partidos y, pese a que abandera a Movimiento Ciudadano en Hidalgo, su capital político y trayectoria de piso y proximidad ciudadana, le han abierto un espacio en la renovación de la idea política de las y los hidalguenses.

 

Todo parece indicar que la disputa electoral por la senaduría en Hidalgo, habrá de generar un panorama de representación política inédito, condición sustantiva a una realidad contradictoria de los escenarios y fuerzas políticas que, históricamente, hicieron de la senaduría un escaño decorativo que ya no puede seguir siendo la pasarela de la rapacidad y el contubernio político.


ARCHIVADO EN:
, , , , , , , , ,