Puñalada por la espalda del PRI nacional al PRI Hidalgo

El PRI NACIONAL le dio una puñalada por la espalda al PRI DE HIDALGO con el acuerdo dado a conocer el 24 de diciembre, que por la fecha parece un albazo o madruguete por la ventaja que se pretende sacar e imponer la voluntad de unos cuantos sobre la de la mayoría y en lo oscurito, con una decisión irreversible, pues en el mismo documento se alcanza a leer que ya tienen su apuesta para la elección del 5 de junio y que el PRI DE HIDALGO no cuenta en la decisión que se da en la cúpula priista nacional.

 

La jugarreta no parece haber sido muy afortunada, porque de entrada lesiona seriamente la unidad priista, puesto que aglutina en dos grupos al priismo del estado. De un lado está la vieja guardia, quienes con el gobernador Fayad ya no tuvieron cabida y dieron paso a nuevas figuras que, por los resultados que han logrado, hicieron olvidar a los que se fueron y que ahora parecen renacer para buscar impulsar una candidatura que les pague con poder y dinero la factura del apoyo. Del otro lado está la nueva clase política de jóvenes capaces y de resultados evidentes, así como mucha gente que está de acuerdo con un nuevo estilo de ejercer el poder.

 

El otro tema, no menos difícil, es el posible desacuerdo entre el gobernador Omar Fayad, considerado uno de los mejores de México, y la dirigencia nacional priista, pues por más que se le busque no aparece en la atracción de la elección algún signo de entendimiento entre el mandatario y ALITO, y sí motivos para pensar que la elección la ven y la enfrentan de distinta manera, porque de un lado se ve imposición y madruguete y del otro lado una presencia de trabajo y logros que le daban autoridad para que su voto contara y pesara.

 

Y no se puede dejar de lado la falta de respeto a los priistas de Hidalgo, los dueños de la casa, que incluso tenían el método de elección de candidato y una buena participación de la militancia, pero que ya se quedaron como el chinito: “nomás milando”.

 

Unido, el PRI podía ganar la elección, pero dividido no parece que vaya a suceder, y más cuando en mucha gente hay un sentimiento de revancha por todos los pecados que el partido tricolor pudo cometer en más de 90 años de tener el poder en Hidalgo.

 

El acuerdo del 24 de diciembre parece una victoria pírrica para sus autores, porque al final todo indica que perderán más de lo que creen haber ganado.

 


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