No rige en la política aquello de que “el que esté libre de pecado, arroje la primera piedra”, porque esto advierte que nadie tiene autoridad moral para juzgar, para impugnar, o por lo menos para hacer un juicio racional.
Rosario Robles, al igual que un número significativo de funcionarios públicos -que no todos-, ha sido señalada en diferentes ocasiones de usos, abusos y posible peculado en su encargo. Es bien cierto que el que acusa, prueba, pero en un país donde la impartición y procuración de la justicia es poco menos que el huracán Florence, llega sin saber qué estragos puede ocasionar y termina generando desolación y penurias, lo cual no es nada grato para el pueblo que, invariablemente, paga los platos rotos.
Casos conocidos como de los Duarte o Yunes, pasando por las infamias de la estafa maestra donde los desvíos millonarios han causado hambre, indignación y desolación, hasta llegar a la hipótesis de los chivitos expiatorios, nos llenan de dudas a las pitonisas que tratamos de indagar la verdad absoluta, histórica, o por lo menos una pinche verdadsita.
Lo cabrón del caso es que, aun cuando a muchos políticos se les ha seguido proceso legal y han sido exonerados, lo son sólo por la ley, pero no por el pueblo; se han vuelo el epitafio de la honestidad y la verdad, porque la credibilidad de su inocencia sólo se encuentra en los cuentos de hadas, o en los macabros como “Pedro y el lobo”.
De acuerdo a Manuelovich, lo ocurrido con Rosario Robles es un montaje de circo, cito: “Sí, como otros, porque los de la mafia del poder y algunos medios de información les gusta mucho ofrecer circo a la gente, y nosotros ya no queremos”. Estas palabras nos hacen pensar que el circo divierte, pero el peculado, ni madres.
¿Cómo el ejercicio de gobierno puede generar credibilidad en los ciudadanos cuando históricamente ha causado lo contrario?, ¿cómo puede Rosario Robles quitarse las sombras cuando los ciudadanos comunes no creen en su honestidad?
En la gestión de lo público el peso de una resolución legal no otorga legitimidad, esto es claro y la gestión de Morena deberá demostrar que lo que dijo en verso lo sostiene en prosa.
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
