De ladrones, corruptos y culeros está lleno el mundo y lamentablemente pocas veces les llega la hora de asumir sus culpas y responsabilidades, porque los sistemas políticos se han construido para proteger a una élite en el poder, pero como Dios es grande y los contrapesos políticos en ocasiones funcionan, alguna vez la pendeja justicia se aparece y se chinga a alguno de estos culerillos.
Afortunadamente se la peló el cuñado del rey de España, Iñaki Urdangarin, al solicitar un amparo para tratar de obtener su libertad, porque si no mal recuerdan, este cabrón parásito y ladrón está en la cárcel por defraudación fiscal y negocios turbios desde el pasado 18 de junio de 2018, sometido a una sentencia suavecita de 5 años y 10 meses, cosa que da risa por las cagadas que se mandó este pendejete de la Casa Real.
Pero los pendejos son los españoles y todos aquellos que siguen creyendo el mito de la “sangre real” y encumbran o permiten encumbrar a imbéciles que los pisan y humillan y viven, literalmente, a cuerpo de rey, mientras el pueblo vive pobre y miserable, y lo que es peor, muchas veces cagado de hambre.
Nada peor que edificar desde un mito el poder, porque en ese momento el poderoso se vuelve tirano, por ello el poder civil de las repúblicas y sus gobiernos democráticos son el resultado, en su mayoría, de la oposición a las sociedades de privilegios o estamentales, donde una casta de buitres de “sangre azul” gobierna a las costillas de los súbditos y no del ciudadano, categoría de horizontalidad en la toma de decisiones, al menos en el papel.
Pero, pero, pero, debemos advertir que en nuestras democracias hemos creado mirreyes, imbéciles que desde el poder político y económico son capaces de vulnerar al que menos tiene y servirse de este poder a través de la complacencia de los poderes públicos, esto ya lo sabemos y habitualmente no hacemos nada para maniatar a los corruptos e hijos de puta.
Causa regocijo, no mucho pero lo causa, el hecho de que el pendejete cuñado del rey de España esté en la cárcel, esto debería ser la constante ante los ladrones, corruptos y criminales en general, que se cagan y ríen en la miseria de los demás, porque la complacencia pública y la nula justicia son el nudo ciego de nuestra conciencia social.
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
