Ser y Devenir 54

¿Qué se siente ser un perro? Las condiciones biológicas determinan las condiciones de posibilidad del conocimiento, las características sensibles, la estructura sensitiva y la configuración misma de los sentidos. ¿Tienen los perros otro sentido? Cómo saberlo si no compartimos el mismo instrumental epistemológico. Tal vez perciban espíritus, la vibra de las personas o los virus mismos. Hay perros que detectan enfermedades, o al menos se comportan de manera diferente con los desahuciados. ¿Será ello o que perciben a la muerte rondando? Los xoloitzcuintles son guías metafísicas prehispánicas. ¿En qué nos parecemos a los perros y en qué se diferencia su percepción del mundo a la nuestra? Perciben olores que nosotros no podemos ni siquiera imaginar, ¿también ven cosas que no podemos vislumbrar? Mi abuela Esperanza Neri decía que sí.

—Por eso es posible que existan seres de otros planetas —me dijo una vez en una de las huertas del bosque—. Pero tal vez no podemos verlos, porque no podemos reconocerlos. Para eso tenemos a los perros.

Kant concibe el conocimiento como una actividad, y no una mera contemplación pasiva, condicionada materialmente por las características del ente, que configura la cosa en sí en todos los fenómenos que llamamos ‘realidad’. ¿Entonces los animales tienen otra realidad? ¿Qué significa la palabra ‘realidad’?

—La realidad es sólo un conjunto de interpretaciones —me dice Nietzsche.

Nos dirigimos de prisa a una de las puertas del mercado San Juan cuando uno de los tenderos me alcanza para entregarme un celular.

—Se te cayó tu teléfono, mi chavo.

Lo recibo sin decir nada y reemprendo la carrera a toda prisa detrás de Teresa, la muchacha con delantal que carga a Puerquito (mi perro de niño), salimos por la calle de López hasta un local casi esquina con Vizcaínas. Es un consultorio médico, una antesala bastante descuidada donde aparece Héctor, un pasante de la carrera de Medicina en el Instituto Politécnico Nacional, o al menos eso dice su bata.

—Yo no soy veterinario —nos reclama molesto mientras se acomoda su estetoscopio en el cuello.

—Pero puedes curarlo ¿o no? —le dice categóricamente Teresa.

—Pues…

—Cúralo y quedamos a mano.

—¿Segura?

—Segura.

—¿Y ya no te debo nada?

—Sólo si lo curas.

Héctor carga a Puerquito, lo coloca con cuidado sobre la plancha metálica y le revisa el pecho, le mueve el hocico y le abre los ojos.

—Lo atropellaron ¿verdad? —nos dice mientras abre varios cajones.

—Algo así —digo por decir.

—Pues es que sí tiene un buen madrazo —comenta mientras prepara jeringa y ampolleta. Lo inyecta y, mirando a Teresa con sonrisa coqueta, coloca el dispositivo del suero y los tres nos quedamos mirando en silencio.

—¿Y tú qué pedo? —me pregunta rompiendo el silencio.

—Es mi primo —le contesta Teresa—. ¿Te acuerdas de mi hermana en California? Es su chamaco.

—Órale. ¿Y qué vas hacer en la noche? —le pregunta el ñero.

—Voy a estar ocupada.

—¿Y mañana?

—Voy a estar ocupada mucho tiempo —dice cortándole toda ilusión de romance—. Bueno, te dejo a… Primo —me dice—, luego te veo.

Asiento, veo a Héctor y, cuando finalmente sale Teresa, me ve bien feo diciéndome:

—Si no se recupera mañana, se van a la verga.

 

Continúa 55

Por: Serner Mexica

Filósofo por la UAM, estudió la Maestría en la UNAM y el Doctorado en la Universidad de La Habana. Fue Becario de Investigación en El Colegio de México y de Guionismo en IMCINE. En 2007 obtuvo el Premio Nacional de Dramaturgia EMILIO CARBALLIDO por su obra "Apóstol de la democracia" y en el 2011 el Premio Internacional LATIN HERITAGE FOUNDATION por su tesis doctoral "Terapia wittgensteiniana".






EL INDIO FILÓSOFO - Serner Mexica

Filósofo por la UAM, estudió la Maestría en la UNAM y el Doctorado en la Universidad de La Habana. Fue Becario de Investigación en El Colegio de México y de Guionismo en IMCINE. En 2007 obtuvo el Premio Nacional de Dramaturgia EMILIO CARBALLIDO por su obra "Apóstol de la democracia" y en el 2011 el Premio Internacional LATIN HERITAGE FOUNDATION por su tesis doctoral "Terapia wittgensteiniana".