Ser y Devenir 91

—¿Por qué le pusiste “Tezca” al caballo? —me pregunta la psiquiatra.

—Por Tezcatlipoca.

—¿Y por qué Tezcatlipoca?

Lo pienso durante unos momentos. Nunca me lo habían preguntado, ni siquiera en el rancho, la miro y sinceramente le contesto:

—No lo sé.

—¿Cómo se te ocurrió el nombre?

—Simplemente apareció en mi cabeza.

—¿Sabías quién era Tezcatlipoca cuando eso sucedió?

—No.

—¿Entonces cómo fue que…

—No lo sé.

Me observa fijamente, se acomoda los lentes y, luego de cruzar su pierna, hace apuntes en su libreta; vuelve a mirarme, suspira levemente y, cuando noto que quiere decir algo, yo me le adelanto:

—Esta es mi última sesión.

—¿A qué te refieres?

—Ya no voy a venir.

—Tienes que venir —dice tocándome el hombro—. Estás en tratamiento.

—Pero ya no quiero.

—No es de que quieras —dice tocando mi mano—. Tienes que venir.

—Pero es que…

Necesitas venir —dice tocando mi pierna.

—Lo sé, pero también necesito hacer un cambio. No puedo seguir disolviendo mis problemas con prescripciones médicas, tengo que resolver auténticamente mi existencia. Re-plantear mis preguntas, soportar todas mis dudas y responderlas con mis acciones lingüísticas, pero ya no quiero permanecer más en la comodidad de esta maldita monotonía vivencial que no me deja re-pensar los verdaderos problemas. Tengo que regresar a lo que era, encender más que nunca el pensamiento intuitivo y volver a despertar mi ser. ¿Sabes qué? Ahora sí voy a terminar mi libro de filosofía. Esa es mi meta.

—Hablas así porque aún traes el efecto de la mescalina. La euforia te ciega y nuevamente el ego te domina. Te advertí que no regresaras al desierto, pero en cuanto se te pase todo su efecto tendrás que volver conmigo.

—Es que de veras ya no quiero.

Se sienta sobre mis piernas mirándome de frente y, pegándome sus grandes senos, me dice:

—¿Ya andas con alguien?

—No.

—¿Entonces?

—Ya no quiero venir.

—¡Por qué no!

—No lo sé.

—¡Ya deja de decir eso!

—¡Pues no lo sé!

Se me queda mirando con ojos tristes y, de repente, me propina una tremenda cachetada.

—Pinche maricón —dice poniéndose de pie.

—¡Ya no quiero seguir tomando pastillas!

—¡Vete a la mierda!

—Quiero arreglar esto de otra manera.

—¿Por qué? ¡Y no vayas a decir “no lo sé”!

—Algo me dice lo deje de hacer.

—¿Algo o alguien?

—Algo en mí.

—Eso es parte de tu enfermedad, idiota.

—No es esa voz, sino otra. Soy yo.

—No vas a poder estar en paz sin el medicamento ¿sabes?

—Al menos quiero intentarlo.

—Ya lo has intentado muchas veces.

—Una última vez.

Un momento de silencio, ella evadiendo mi mirada y yo mirándole la espalda. Es muy bella, pero no puedo renacer si permanezco adormecido por los medicamentos, sumido en un tratamiento que intenta encajarme donde naturalmente no pertenezco y sometido, en general, al concepto mismo de terapia.

—Estamos en contacto.

—¡Ya lárgate, pendejo!

Y fue así como salí, la última vez, de ahí. Aunque ciertamente no fue la última vez que pisé un consultorio psiquiátrico. Mientras caminaba al estacionamiento saqué de mi gabardina las tres cajas de medicina (clonazepam, paroxetina y citalopram) que hasta ese día tomaba al pie de la letra, las aplasté con ambas manos y las aventé a un cesto de basura en la esquina de Insurgentes.

—Hiciste bien.

Tengo que renacer.

—¿Y ahora qué vas a hacer?

No lo sé.

—¿Hay algo que sí sepas?

Estoy enamorado.

—¿Otra vez?

 

Continúa 92

Por: Serner Mexica

Filósofo por la UAM, estudió la Maestría en la UNAM y el Doctorado en la Universidad de La Habana. Fue Becario de Investigación en El Colegio de México y de Guionismo en IMCINE. En 2007 obtuvo el Premio Nacional de Dramaturgia EMILIO CARBALLIDO por su obra "Apóstol de la democracia" y en el 2011 el Premio Internacional LATIN HERITAGE FOUNDATION por su tesis doctoral "Terapia wittgensteiniana".






EL INDIO FILÓSOFO - Serner Mexica

Filósofo por la UAM, estudió la Maestría en la UNAM y el Doctorado en la Universidad de La Habana. Fue Becario de Investigación en El Colegio de México y de Guionismo en IMCINE. En 2007 obtuvo el Premio Nacional de Dramaturgia EMILIO CARBALLIDO por su obra "Apóstol de la democracia" y en el 2011 el Premio Internacional LATIN HERITAGE FOUNDATION por su tesis doctoral "Terapia wittgensteiniana".