Sergio Baños, “el violentador”

Si se comprobara la veracidad de los hechos, el inquilino de la Casa Rule tendría sus días contados como alcalde.

Hace apenas unos días se dio a conocer a través de las redes sociales que el alcalde del Ayuntamiento de Pachuca, Sergio Baños Rubio, tiene una carpeta de investigación por el delito de violencia familiar equiparada, cuya víctima responde al nombre de Guadalupe “N”. Aunque por todos los medios se intentó evitar que dicho documento se hiciera público, incluso se filtró que fue en la Fiscalía de Delitos Sexuales y contra la Familia donde se denunciaron los hechos con número único de caso 12-2023-11163.

Ante las preguntas de los medios de comunicación sobre estos hechos, Baños Rubio lo negó, con la seguridad de que todo estaba controlado, pero no se esperaba que ese mismo día se filtrara la foto de la carpeta de investigación que lo dejó mal parado y que arrancó una andanada de críticas desde el círculo rojo, la opinión pública, activistas y hasta sus detractores, como la secretaria general del CEN del PRI, Carolina Viggiano, quien de inmediato en sus redes sociales pidió que fuera juzgado y separado del cargo.

De muchas dudas está rodeada esta denuncia, porque da la impresión que le dieron carpetazo y nada pasó, a pesar de que hay un documento que da pie a una investigación. Es evidente que el alcalde -ahora del GPI- y su grupo de asesores buscaron desviar la atención subiendo fotos familiares a sus redes sociales como si nada hubiera pasado, pero la estocada fue contundente.

Hay muchos cabos sueltos aderezados de silencio y perversidad; si se comprobara la veracidad de los hechos, el inquilino de la Casa Rule tendría sus días contados como alcalde, porque es evidente que una acción de esta naturaleza es reprobable e indigna. Diversas denuncias anónimas exigen justicia porque cada vez son más las niñas, adolescentes y mujeres violentadas en el país y en el mundo.

Es cierto que Sergio Baños ha cometido muchos errores desde su llegada al Ayuntamiento, es un hombre que pasó de ser empresario a político sin la menor formación o fogueo para atender estas lides; suele ser poco empático y narcisista, por lo que casi no escucha y no atiende las sugerencias de su equipo de trabajo, como si la estabilidad de la capital únicamente se tratara de sus decisiones.

A un año de que concluya su administración, tiene más yerros que aciertos, como falta de alumbrado público, camellones en mal estado y baches por toda la ciudad. Por lo único que será recordado es por la barda construida en una de las colonias más pudientes de la capital: Valle de San Javier.

Seguramente ya debe urgirle terminar con su mandato de paupérrimos resultados, porque finalmente su frivolidad le permite mitigar sus penas ataviado con prendas Gucci y Louis Vuitton.


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